Este jueves continuará la comparecencia del general (r) Mario Montoya, excomandante del Ejército, ante la Jurisdicción Especial de Paz. Se trata de la presencia del oficial de más alta graduación ante la JEP, por eso resulta fundamental el resultado del sometimiento suyo ante la justicia transicional por su presunta responsabilidad en el asesinato de jóvenes a manos de integrantes del Ejército en los llamados ‘falsos positivos’.
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Lo que se ha conocido en principio en la jornada que se adelantó en las últimas horas en la JEP es que inicialmente, en medio de un ambiente bastante caldeado afuera del recinto, en donde había grupos de víctimas y de organizaciones sociales pidiendo verdad a Montoya, es que el oficial, entre otros responsable de los grandes golpes de la fuerza pública a la guerrilla de las Farc, dijo que haría uso de su derecho a guardar silencio y lamentó que se hayan cometido los ‘falsos positivos’, pero dijo que él nunca había dado una orden en ese sentido.
A pesar de que, en principio, había dicho que iba a guardar silencio, en la medida en que avanzó la jornada, Montoya según reporta la JEP, respondió a las preguntas de los magistrados a lo largo de cinco horas.
Este caso es emblemático para la Jurisdicción Especial para la Paz, porque como se ha dicho, debe llorar por los dos ojos. No solamente por el ojo de los crímenes y todos los excesos y la violencia sembrada por la guerrilla, sino también por todo el horror que pudieron sembrar algunos integrantes del Ejército Nacional y de la Policía, a lo largo de cerca de cinco décadas de conflicto armado.
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