El narcotráfico y la expansión desmesurada de cultivos ilícitos son dos de los principales problemas para la seguridad y el orden público en Colombia, y ante esa realidad, el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, le propuso al presidente Iván Duque un método "disruptivo" para atacar ese negocio ilegal con medidas creativas y ajustadas a la realidad actual.
Martínez, ayer en La Ceja, Antioquia, dijo que la política antidrogas del Estado colombiano está anquilosada en las mismas prácticas de hace tres décadas, mientras que los "narcos" permanentemente actualizan la manera de promover su negocio criminal.
El fiscal recordó que en Colombia hay más de 200 mil hectáreas de cultivos ilícitos, reveló que la capacidad de producción de cocaína llega casi a un millón de toneladas de coca al año, por el uso de la tecnología en su actividad industrial ilícita.
Martínez criticó que las autoridades solamente piensen en el glifosato como la solución al problema del narcotráfico, cuando hoy el negocio se conforma por redes especializadas, lideradas por carteles mexicanos, sin que exista una política migratoria para controlar esa realidad.
La estrategia disruptiva contra el narcotráfico del fiscal plantea entre otras cosas, cortar el acceso a los insumos para la fabricación de drogas, cortar el acceso a los servicios públicos, intervenir las redes de venta y de transporte de drogas.
La idea es por ejemplo promover proyectos de bioingeniería contra la producción de alcaloides, impulsar iniciativas científicas para atajar la cadena ilegal.
El fiscal por ejemplo planteó que se corte la luz artificial, privándolos de energía eléctrica, en los cultivos hidropónicos del norte del Cauca, cerca de Cali, dedicados a la producción de marihuana creepy.
Planteó también por ejemplo que en Tumaco, Catatumbo, nordeste antioqueño, zonas con expansión de cultivos ilícitos, sería prohibir el manejo de efectivo y eliminar las empresas de giros y de cambios, para evitar que circule el dinero del negocio de la cocaína.
Propuso además que a la gasolina se le adicionen enzimas para que no sirvan como insumo fundamental para la producción de cocaína.
La iniciativa es novedosa, pero controvertida, porque podría terminar afectando a miles de personas que habitan en las zonas de influencia de los carteles de las drogas y que no tienen nada que ver con negocios ilegales.
A la par de esta propuesta, en la Cámara de Representantes se volvió a discutir el controvertido tema del uso del glifosato para asperjar cultivos ilícitos, en donde el gobierno afirmó que todavía no hay una decisión definitiva sobre cómo se emprenderían esas fumigaciones.
Llama la atención que teniendo certificado desde hace al menos dos años el glufosinato de amonio como un químico útil contra los cultivos de hoja de coca, todavía hoy no se haya implementado definitivamente.