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Por lo menos dos mil migrantes ya están represados en las playas de Turbo y Necoclí por el cese de actividades de prestadores de servicio de transporte marítimo. La situación podría agravarse en caso de que este jueves, en reunión con entidades nacionales, no se lleguen a acuerdos.
Con el pasar de las horas sigue agravándose el panorama en varias zonas costeras del Urabá antioqueño, especialmente Turbo y Necoclí, desde donde diariamente cientos de migrante zarpan con rumbo a zonas limítrofes con Panamá en el objetivo de continuar su ruta hacia norte y Centroamérica.
Sin embargo, ese flujo se ha visto interrumpido en los últimos días por cuenta del cese de actividades que empresas de transporte han declarado ante lo que han argumentado falta de garantías para operar por parte de las autoridades.
La situación ha llevado a que ya en en ambas localidades, en cuestión de 48 horas, se hayan represado por lo menos dos mil personas. Marla Fadul Mena, secretaria de Gobierno en Turbo, aseguró que la problemática ya está afectando a pobladores tradicionales del territorio.
“Inclusive hay personas ya con tiendas de campaña de camping en las puertas de las viviendas obstaculizando a nuestra población de acogida, la salida y la entrada a sus viviendas. Esto ha generado insalubridad, desaseo y enfermedades”, aseguró.
Por su parte, Johann Eduardo Wachert, secretario de Gobierno de Necoclí, aseguró que a través de la articulación con otras localidades de la subregión buscan ser escuchados por parte de las entidades nacionales en una reunión clave que se realizará este jueves para intentar finalizar el paro del transporte.
“Con nuestras capacidades son limitadas para de manera directa tratar de resolver la situación por eso lo que nosotros llamamos es articulémonos municipios, vecinos hagamos un llamado al Gobierno Nacional varias agencias del Gobierno nacional, van a ser presencia y nos van a ayudar a ver cómo podemos nosotros gestionar esta situación”, dijo.
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Desde el gremio del transporte marítimo de migrantes han manifestado la preocupación frente a las responsabilidades, que argumentan ellos deberían recaer en las autoridades, frente a la identificación de migrantes irregulares.
Esto porque temen, en caso de seguir operando, nuevas capturas de capitanes de embarcaciones por el delito de tráfico de migrantes.
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