La Fiscalía General de la Nación presentó ante un juez de control de garantías a Piter Manuel Epiyu Cantillo, Héctor David Fernández Morales y Jeiner Alberto Rodríguez Cadena, por su presunta participación en el crimen del funcionario del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), David Antonio Sierra Palacio, ocurrido el 5 de julio de 2023, entre Santa Marta, Magdalena, y Riohacha, La Guajira.
Las autoridades informaron que, en el curso de la investigación, se conoció que estos hombres salían usualmente a la conocida Troncal del Caribe para asaltar a transportadores de carga.
Al parecer, arrojaron sobre la vía varios artefactos para pinchar las llantas del automotor en el que se movilizaba el servidor y otras personas.
Al lograr detener la marcha del vehículo se lanzaron sobre los ocupantes para despojarlos de sus pertenencias, situación que según la Fiscalía generó la reacción del investigador, quien en medio de un forcejeo recibió un disparo que le causó la muerte.
Por estos hechos, Epiyu Cantillo fue capturado en Chía, Cundinamarca; mientras que los otros dos señalados involucrados fueron notificados en los lugares donde permanecían privados de la libertad por otro evento delictivo.
Una fiscal de la Seccional La Guajira les imputó los delitos de homicidio agravado, hurto calificado agravado; y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones.
“Se puede determinar que existía un modus operandi para el hurto de vehículos o mercancías. Lo menciono porque, fue precisamente a través de él (modus operandi) que se llevó a cabo desafortunadamente el homicidio del señor David Sierra Palacio”, dijo en la audiencia inicialmente.
“Cuentan con siete u ocho personas con roles definidos, de acuerdo a las instrucciones impartidas por el líder. Se ubican tres o cuatro a un costado de la carretera siendo el marcador del objetivo, el conductor del vehículo hurtado, el bloqueador de la señal y el que transporta a los miembros del grupo delincuencial”, agregó.
Siendo así las cosas, la fiscal explicó que “lanzan objetos a la carretera para pinchar las llantas de sus objetivos”. Cuando no logran detenerlos, los persiguen y les disparan hasta obligarlos a hacerlo.
“Una o dos personas en motocicletas le informan al líder acerca de la cantidad de pasajeros a bordo y otros llamados como cañoneros, utilizando armas cortas, son los encargados de retener a las víctimas en zonas boscosas donde son amarrados y amenazados de muerte, mientras que saquen el automotor. En este caso, no contaban con que su objetivo tuviera un arma y se presentara el intercambio de disparos”, finalizó.
Los procesados no aceptaron los cargos y deberán cumplir medida de aseguramiento en establecimiento carcelario.