Apoye a los muchachos que lo entregan todo: familias de soldados muertos en Arauca a Petro

Sumidas entre el dolor, la tristeza y la pérdida se encuentran hoy las familias de los soldados profesionales Bayron Andrés Correa Vargas y Julián Patiño Arango, quienes fueron asesinados en el ataque terrorista en el departamento de Arauca. Ambos militares eran oriundos del centro del Valle del Cauca, hacia donde serán trasladados sus cuerpos para sus exequias, después de una ceremonia religiosa que adelantará el Ejército en Bogotá.Desde Buga, la familia Patiño está a la espera del cuerpo de Julián, Maira Alejandra Patiño, hermana mayor del soldado, aseguró que aunque la familia le recomendó en varias ocasiones volver a la vida civil, la vocación de Julián lo hacía seguir adelante."Mi hermanito era un muchacho muy entregado a su patria, le apasionaba lo que hacía. Me decía que era algo que le gustaba mucho y aunque ya casi se iba a pensionar él quería seguir comprometido con la Nación. Tristemente pasa lo que pasó, por este cáncer que hay en nuestro país, es nuestro pequeño héroe", indicó Maira Alejandra.Ahora, con el corazón adolorido, la familia Patiño Arango le pide al presidente Gustavo Petro mayor apoyo a las Fuerzas Militares y la restructuración de su plan de paz total: "Hacerle un llamado al presidente que realmente se ponga la mano en el corazón y que seamos realistas en lo que hacemos. A estos muchachos que la entregan todo, pues apoyarlos en lo que necesitan", indicó la hermana del soldado."Pedimos que reconsidere, analice que si se va a hacer la paz total, que pueda ser sensible con el dolor de un soldado que deja a su familia por amor a su patria, que por favor no los abandonen porque se han sentido abandonados", añadió Elkin Cifuentes, cuñado de Julián.La familia Patiño ahora agota todos los recursos para poder estar presentes en el sepelio de Julián, pues muchos de ellos están radicados en las ciudades de Manizales y Pereira. Mientras tanto, en el municipio de Tuluá, la familia de Bayron Correa, permanecerá en silencio, indicando que no desean profundizar su dolor.