Medicamento prohibido hace 8 años por riesgo de ataque cardiaco se sigue vendiendo

En el año 2010 la sibutramina, un medicamento que era vendido en farmacias y droguerías, fue prohibido en Colombia. En ese momento se confirmaron casos a nivel mundial de personas que habían sufrido ataques cardiacos y varias organizaciones de control de insumos médicos decidieron anular su venta. La sibutramina era vendida para adelgazar y funcionaba, pero con consecuencias costosas para la salud.

Luego, en el 2015 una de las entidades rectoras de la regulación de medicamentos en el mundo, la Agencia de Estados Unidos para la Administración de Alimentos y Medicamentos, también lo declaró ilegal. Sin embargo, casi una década después de la prohibición en el país, se sigue produciendo y vendiendo sin problema. De hecho, una fácil búsqueda en Google permite encontrar ofertas en MercadoLibre a $56.000.

El problema con la sibutramina es que afecta el sistema cardiovascular y eso, en una persona con obesidad con riesgo de que las arterias se taponen de grasa, puede ser una mezcla mortal.

El Instituto de Vigilancia y Control a Medicamentos y Alimentos sancionó a dos empresas y dos personas naturales por la comercialización de este y otros suplementos dietarios. La multa que deberán pagar entre todos es de 1.000 millones de pesos.

Los productos comercializados eran Metafast Revolution y Duo Slime Line Gold, ambas del laboratorio Dubac Colombia S.A.S.

Pero otro de los sancionados es paradójicamente una clínica que ofrecía servicios contra la obesidad. Se trata de la Clínica de Referencia Envejecimiento y obesidad S.A.S, que deberá responder junto a Jhon Santa Mazo y Guillermo Alexander Ardila.

Sin embargo, los controles parecen no ser suficientes. Entre 2017 y 2018 el Invima impuso multas por más de $49.000 millones por estas conductas. Pero, a pesar de poner en grave riesgo la vida de los consumidores que creen en estas fórmulas mágicas, las sanciones penales no son contundentes.

Por ahora, el Invima espera que los clientes dejen de consumir un compuesto que podría causar un infarto con el pretexto de bajar de peso.