Iglesia católica recuerda a sus sacerdotes que templos deben seguir cerrados

Dos meses después, el comercio comenzó a reabrir sus puertas, los centros comerciales se alistan para volverá funcionar y los colegios están en clases virtuales con miles de estudiantes. Pero el panorama es distinto para las iglesias que, por orden del Gobierno Nacional, deberán seguir cerradas.Ante esto, la Arquidiócesis de Medellín le recordó a sus sacerdotes que siguen vigentes las órdenes de esa entidad sobre la prohibición de celebraciones masivas y la orden de trasmitir eucaristías por redes sociales y canales locales, desde el inicio de la cuarentena.Lea también: Iglesias cerradas en Manizales por COVID-19 recibirán ayuda económicaEl padre Diego Diaz, delegado para comunicaciones Arquidiócesis de Medellín, recordó que las misas solo pueden realizarse con quienes cantan o leen en la eucaristía y a lo sumo con los oferentes de la eucaristía, si no tienen más de 70 años de edad. “Desde el comienzo de esta cuarentena la Arquidiócesis había dado algunas disposiciones para la celebración del culto divino y todavía se conservan hasta hoy, hasta que el Gobierno Nacional nos dé una indicación diferente” dijo.El recordatorio de la Arquidiócesis se da después de que se identificaran casos de sacerdotes que han realizado ceremonias religiosas con público en Belmira, Sonsón, Sabaneta, entre otros.Lea también: Misa de terraza, la creativa forma de un sacerdote en Medellín para acompañar a su comunidadEl caso más sonado ocurrió en Sonsón, al oriente de Antioquia, donde nueve personas fueron sancionadas por la Policía por llegar al Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Valvanera en el municipio, para realizar una ceremonia religiosa.El alcalde Edwin Montes, dijo que incluso el sacerdote que hizo la ceremonia fue sancionado, porque en Sonsón se mantiene la prohibición de abrir iglesias o realizar ceremonias religiosas con convocatoria pública. El sacerdote Javier Toro, el mismo que se encontraba celebrando la eucaristía, dijo que para él es muy difícil no dejar ingresar a los fieles, aun sabiendo que estaban violando la orden de aislamiento, pero que comprende la necesidad de escuchar la palabra de Jesús.