El espacio exterior es un entorno fascinante y desafiante que ha intrigado a la humanidad desde siempre.
Con la creciente exploración espacial y los planes de misiones a la Luna y Marte, es esencial considerar todos los aspectos, incluso los más sombríos, como lo que podría ocurrir en caso de la muerte de un astronauta en el espacio.
Emmanuel Urquieta, profesor de Medicina Espacial del Baylor College of Medicine, ofrece una visión esclarecedora sobre este tema en un artículo publicado en The Conversation.
Si un astronauta fallece en órbita terrestre baja, como en la Estación Espacial Internacional, la tripulación puede regresar a la Tierra en una cápsula en cuestión de horas. En el caso de la Luna, el regreso podría tomar solo unos días. La NASA ya ha desarrollado protocolos detallados para manejar estos escenarios.
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En tales situaciones, la prioridad principal es asegurar que la tripulación restante regrese sanamente a la Tierra. La preservación del cuerpo no es la principal preocupación debido al rápido regreso.
El panorama cambia significativamente cuando consideramos una misión a Marte, que implica viajar 300 millones de millas.
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En ese caso, la tripulación probablemente no podría regresar de inmediato. En su lugar, el cuerpo del astronauta fallecido regresaría a la Tierra junto con la tripulación al final de la misión, que podría ser varios años después.
Durante este período, la tripulación debería conservar el cuerpo en una cámara separada o en una bolsa especializada para cadáveres. La temperatura y la humedad constantes dentro de la nave espacial ayudarían a preservar el cuerpo, explicó el médico espacial.
Sin embargo, es importante destacar que todos estos escenarios se aplican solo si la muerte ocurre en un ambiente presurizado, como una estación espacial o una nave espacial.
La muerte en el Espacio sin protección
La situación cambia drásticamente si un astronauta quedara expuesto al espacio sin la protección de un traje espacial.
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En este caso, la muerte sería prácticamente instantánea. La pérdida de presión y la exposición al vacío del espacio impedirían que el astronauta respirara, y sus fluidos corporales, incluida la sangre, entrarían en ebullición debido a la falta de presión.
La Luna posee una atmósfera extremadamente tenue, mientras que Marte tiene una atmósfera muy fina y escasa cantidad de oxígeno.
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Si un astronauta intentara caminar en la superficie de la Luna o Marte sin un traje espacial adecuado, enfrentaría un destino igualmente sombrío: asfixia y ebullición de los fluidos corporales.
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