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Lydia Rodríguez era una mujer que se dejó llevar por las diferentes fuentes falsas de información que la llevaron a no dejar que ni su familia, ni ella se aplicaran la vacuna.
Según explicó su prima, Dottie Jones, era una mujer que tenía ciertas precauciones como el uso del tapabocas, lavado de manos, entre otros, pero siempre creyó que el mismo cuerpo podría enfrentar al virus.
Lydia adquirió el virus tras asistir a un campamento religioso junto a sus hijos, lugar en el cual se contagiaron. Su esposo, Lawrence Rodríguez, adquirió la enfermedad por medio de su trabajo.
Infortunadamente ambos terminaron en la Unidad de Cuidados Intensivos y él falleció algunas semanas antes.
Inicialmente la pareja de esposos quiso mantener la enfermedad en secreto, sin embargo, con el avance de los síntomas, expresó su deseo de vacunarse, pero era demasiado tarde, expresó su prima.
En los últimos días de vida, la pareja no pudo estar cerca de sus cuatro hijos, pero le expresó y le pidió el favor a su familia que se aseguren que sean vacunados.
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