Corea del Sur se encuentra en una situación compleja, esto al parecer por no saber qué hacer con los perros, debido a que en este país es común el consumo de su carne.
En 2024, el Gobierno surcoreano prohibió la venta de carne de perros para el consumo humano. La legislación aprobada en enero de 2024 les dio a los productores hasta el año 2027 para cerrar sus operaciones y vender los animales que les quedan.
Lo grave de esta situación es que las personas encargadas de estas operaciones señalan que el tiempo no es suficiente para eliminar gradualmente una industria que ha sido un medio de sustento durante muchos años.
Además, según han señalado, las autoridades no han establecido las salvaguardias adecuadas para los productores ni para al menos el medio millón de perros que continúan en cautiverio.
Los refugios se encuentran saturados de animales, con lo que los criadores no saben qué hacer. Sin tener a dónde ir, muchos de ellos se encuentran en la probabilidad de ser sacrificados.
Incluso quienes respaldan la prohibición advierten sobre los desafíos que implica su implementación, especialmente en lo que respecta a la reubicación de los perros rescatados de los mataderos, que ahora se encuentran en riesgo.
¿Desde hace cuándo se consumía carne de perro en Corea del Sur?
El consumo de carne de perro en Corea del Sur tiene raíces antiguas y se remonta a más de mil años atrás, aunque no ha sido una práctica generalizada en toda la población ni constante a lo largo del tiempo.
Los registros más antiguos indican que ya durante los períodos Goguryeo (37 a.C.–668 d.C.) y Joseon (1392–1897) existía evidencia del consumo de carne de perro, tanto con fines alimentarios como medicinales.
En la medicina tradicional coreana, algunos creían que esta carne tenía propiedades energizantes, especialmente durante los meses más calurosos del verano.