Los tres peores papas de la historia, según sacerdote: “Estaba loco”

Un sacerdote causó revuelo en redes sociales al revelar, durante una entrevista en el popular podcast The Wild Project, su listado personal de los “tres peores papas de la historia”. El fragmento de video se ha hecho viral tras la muerte del papa Francisco el pasado 21 de abril, generando miles de reacciones y comentarios.

El sacerdote no dudó en calificar como “locura” algunas de las acciones de estos pontífices, quienes protagonizaron episodios escandalosos, violentos o profundamente inmorales durante su papado. Estos son los tres nombres mencionados:

1. Esteban VI

“Estaba loco, literal”, aseguró el sacerdote al hablar del pontífice que ocupó la sede de Pedro por un año. Lo más recordado de su corto pero polémico papado fue el llamado juicio cadavérico: ordenó desenterrar el cuerpo de su antecesor, el papa Formoso, lo vistió con ropajes papales, lo sentó en un trono y lo sometió a un juicio público.

Durante el grotesco proceso, lo acusó de haber asumido el papado de manera ilícita, anuló todos sus decretos, lo excomulgó post mortem y hasta le cortó los dedos donde llevaba el anillo del pescador. Finalmente, ordenó que el cadáver fuera arrojado al río Tíber.

2. Juan XII

Apodado por algunos historiadores como “el papa fornicario”, Juan XII fue nombrado pontífice con apenas 18 años. El sacerdote lo describió como alguien que “iba con todo lo que se movía” y que tenía el título de papa, pero no actuaba como tal.

Vivió en el siglo X, en plena Edad Media, y su vida fue tan escandalosa que se barajan dos teorías sobre su muerte: una, por una enfermedad venérea como la sífilis o la gonorrea, y otra, por haber sido sorprendido en pleno acto con una de sus amantes.

3. Alejandro VI (Rodrigo Borgia)

Descrito como “el Trump de la antigüedad”, Alejandro VI fue un político hábil y ambicioso que utilizó su posición para beneficiar a su familia. Tuvo varios hijos, a quienes colocó en altos cargos dentro de la Iglesia y el poder civil, consolidando una red de influencia a través de prácticas nepotistas.

Según el sacerdote, fue un verdadero “papa mafioso”, que “acabó con sus enemigos, literalmente hablando”. Su figura ha sido ampliamente analizada por historiadores como parte de la decadencia del papado en la etapa final del Renacimiento.