Cuando Isabel Ñañez se dio cuenta de que su hijo tenía características que lo acercaban a tener condiciones de discapacidad, notó que sería una oportunidad para darle la mano a otras personas no incapaces, como afirma, sino en condiciones diferentes.
De esa manera, a través de la música, acciones deportivas y de trabajos comunitarios, logró entregar espacios a bogotanos que solo quieren gozar.
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Isabel logró fundar su propia orquesta: “Sin límites”, músicos que, en conjunto, interpretan música alegre y al ver a sus hijos ahí en un escenario, las mujeres encuentran que es la mejor posibilidad para construir vida sin excusas.
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Niños, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual y autismo, encuentran en el trabajo de Isabel puertas para desenvolverse y demostrarle al mundo que todos somos iguales, por medio de gestiones con otras entidades, talleres, cursos, becas en diferentes escenarios para crear mejores vínculos en sociedad.
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