Roberto de Bernardi, representante de la Unicef en Colombia, señaló que sin conocerse con exactitud cuál sería el modus operandi para reclutar a menores de edad a las filas de disidencias y otros grupos subversivos, autoridades están al tanto de formas alternas para vincular a los adolescentes en negocios ilícitos, no solamente en zonas rurales, sino en escenarios urbanos.
“El reclutamiento de menores no solo significa que sean extraídos de su entorno familiar, hay un acercamiento a los colegios, utilizados para el tráfico de sustancias psicoactivas; para funcionar como vigilantes, avisar a los mandos de la llegada de la policía. Eso sucede sobre todo en medios urbanos”, aseguró.
Bernardi añadió que, aunque no se sabe con exactitud cuáles serían las verdaderas formas de operación, sí se ha percibido que dinámicas de influencia derivadas de la obtención de dinero son una excusa para la vinculación: “Las dinámicas han cambiado, parece que las disidencias de las Farc representan una amenaza para los jóvenes, (parece ser), que desde el principio ofrezcan cantidades substanciales de plata a estos menores de edad para entrar a las filas”.
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Hizo, además, referencia a un estudio de caracterización de 2014, realizado por la Universidad Nacional y Unicef, que señala que entre el 60 y 70 % de niños, niñas y adolescentes habían sido reclutados por las Farc en medios rurales.
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