El algoritmo en el que trabaja Disney Research pretende enseñar a los robots las bases del juego de un partido para que puedan anticiparse a la jugada o al menos prever a dónde irá el balón.
Para conseguirlo, usarán las posiciones y movimientos de los jugadores como si fuera un mapa, de manera que el ordenador que controla a las cámaras-robot tengan las pistas sobre la posible siguiente jugada.