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Según Bernat Vila y Adrià Sallés, sus creadores, la silla cuesta alrededor de 70 euros, se puede armar y desarmar en 15 minutos y está pensada para los países emergentes.
La silla está fabricada con tubos de PVC, dos ruedas de bicicleta, dos ruedas de carretilla, tornillos y tuercas.
“Se podría montar con materiales propios de cada región, los que sean más accesibles. De hecho, está pensada para que personas cercanas al usuario final la puedan construir, montar y desmontar ellas mismas”, afirmaron los jóvenes.
Sus creadores se plantearon tres objetivos principales: contribuir a la inclusión social de personas con discapacidad en los países en vías de desarrollo, mejorar la movilidad para personas con pocos recursos y promover la utilización de recursos propios para fabricar la silla.
El proyecto fue incluido en el programa ‘Do it yourself’ de la Fundación Isidre Esteve de Cataluña, que pretende facilitar herramientas para mejorar la vida de las personas “utilizando la ingeniería y fomentando las actividades físicas y lúdicas”.