Este el 'Valle de Cocora' secreto que queda a 4 horas de Bogotá: tiene hasta aguas termales
La ventaja para los turistas es que no hay multitudes ni largas filas para tomarse una foto; pueden caminar tranquilos y disfrutar de un ambiente prácticamente virgen.
Boyacá es uno de los lugares que más visitan los bogotanos y aunque es un destino ampliamente conocido por su historia, su cultura y su gastronomía, aún guarda rincones poco explorados que parecen sacados de una postal.
Uno de ellos está en Pesca, un municipio ubicado a unas cuatro horas de Bogotá que alberga su propio “Valle de Cocora”, un paisaje de palmas de cera que, a diferencia del famoso del Quindío, todavía permanece lejos del turismo masivo.
El 'Valle de Cocora' escondido cerca de Bogotá
En la vereda El Palmar, dentro del municipio de Pesca, se levanta esta planicie donde las palmas de cera —árbol nacional de Colombia— son protagonistas. La ventaja es que no hay multitudes ni largas filas para tomarse una foto: el visitante puede caminar tranquilo, respirar aire puro y dejarse envolver por un entorno natural prácticamente virgen. Este rincón es perfecto para quienes buscan escapar de la rutina sin alejarse demasiado de la capital.
Parque de Pesca, Boyacá
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Pesca, además, no es un lugar que se limite solo a este paisaje. El municipio es conocido por sus aguas termales de Agua Caliente de Nocuatá, un espacio ideal para descansar después de una caminata, y por el Alto de los Viejos, un punto en el páramo que ofrece vistas panorámicas de la región. Todo esto convierte al pueblo en un destino completo para quienes disfrutan tanto del turismo de aventura como de los planes relajados.
Planes para perderse y gozarse Pesca
Si la idea es recorrerlo con calma, la vereda El Palmar de la Vega ofrece un paisaje encantador con sus cultivos de café y naranja que perfuman el ambiente. También están las lagunas de Pantano Grande y Siscasí, perfectas para el avistamiento de aves y para conectarse con los ecosistemas de agua de alta montaña.
Cada espacio tiene su propio encanto, y lo mejor es que no se trata de un sitio saturado de visitantes, lo que permite una experiencia más auténtica y cercana a la naturaleza.
En cuanto al acceso, llegar desde Bogotá no es complicado. El pasaje en bus oscila entre $35.000 y $50.000, dependiendo de la empresa de transporte. Compañías como Expreso Gacela o Flota Sugamuxi ofrecen la ruta, y el trayecto incluye paisajes de la cordillera oriental que ya hacen parte de la experiencia. Planificar con anticipación garantiza un mejor precio y, sobre todo, la seguridad de encontrar asiento en temporadas altas.
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Un viaje de esos que no se olvidan
Visitar Pesca es descubrir que Boyacá tiene mucho más de lo que se suele contar. Su “Valle de Cocora” es apenas una muestra de la riqueza natural que lo rodea y una invitación a conocer un pueblo que, además de su belleza, ofrece tranquilidad y la calidez de su gente. A cuatro horas de Bogotá está un destino que demuestra que no siempre hay que ir lejos para vivir un viaje inolvidable.