En la sociedad no se les reconoce ni se le retribuye económicamente a las personas cuidadoras por el oficio de cuidar a otra persona por cualquier limitación, ya sea física o mental.
Sospecho que en nuestra sociedad se aprecia y se valora al violento, en cualquiera de sus dimensiones. Todavía se ve con cierto desprecio al que ha decidido usar los métodos pacíficos de resolución de conflictos.
El servicio de la inteligencia artificial sólo puede resultar útil para ciertas personas en momentos determinados, porque considero que el encuentro humano todavía hoy no es remplazable.
Por eso me gusta la frase de Fray Marcos: “Me preocupa que los católicos estamos convencidos de que no hay nada que aprender sobre Dios, porque ya lo sabemos todo".
Cada periodo de tiempo que comienza se puede volver una ocasión para plantearse desafíos. Nadie podrá reiniciar con todas las fuerzas después de vacaciones si se enfoca en las dificultades que tiene su trabajo.
Estar presente en sus vidas sin ninguna manifestación de lástima. Nada lacera más que esa condescendencia que le hace sentir a las otras personas que ya no se les respeta ni se les considera capaz.
No se puede iniciar ninguna empresa o proyecto y, en este caso un nuevo año, sin la confianza en que todo va a estar mejor, que podemos esperar del futuro la realización de nuestros sueños.