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El valor y reconocimiento de la labor de las personas cuidadoras

En la sociedad no se les reconoce ni se le retribuye económicamente a las personas cuidadoras por el oficio de cuidar a otra persona por cualquier limitación, ya sea física o mental.

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Alberto Linero
Foto: Blu Radio

Mientras fui eudista me impresionaba mucho ir a San Miguel, en Medellín, esa es la casa donde viven los padres ancianos de la comunidad. Encontrar presbíteros que habían sido grandes formadores y teólogos vencidos por la vejez y la enfermedad causaba un impacto en mí. Tal vez, lo que más me conmovía eran las personas que los cuidaban, por el amor y la atención con que lo hacían. Eso siempre me llevó a valorar el oficio de los cuidadores. Es decir, esas personas que asisten o cuidan a otras afectadas por cualquiera limitación física o mental.

Todavía hoy en nuestra sociedad no hemos destacado suficientemente el valor de este oficio, sin retribuirlo como corresponde, ni reconociendo socialmente su labor. Recordemos que muchas veces el cuidador es un miembro de la familia y no se le remunera lo que hace, ni se tiene en cuenta en términos económicos todo su aporte. Según el Dane, en Colombia existen 8,6 millones de personas de 10 años o más que realizan cuidados directos no remunerados, en 5 millones de hogares que representan el 35% de hogares del país. Por eso, vale la pena entender todo el valor material que agrega la llamada economía del cuidado.

Ayer cuando El FMI admitía que la inteligencia artificial destruirá o modificará el 60% del trabajo en Occidente, pensaba en que esta labor de cuidar a las personas con idoneidad, ternura y bondad difícilmente podrá ser reemplazada. Un buen cuidador es el que ha entendido que su papel se basa en el respeto y en el cumplimiento de principios bioéticos. A la vez que da todo de sí para generar un ambiente de bienestar y calidad de vida para los que asiste; estando en constante formación y así poder adaptarse a los cambios que se producen. De pronto, los que hoy están llenos de salud no comprenderán el porqué de este tema, pero les aseguro que sin buenos cuidadores no podríamos ser una sociedad sana.

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