Todo termina, todo acaba, nada dura para siempre. Hay que visualizar el futuro de la mejor manera posible. Hay que dar gracias por todo lo que se ha vivido y aprender a felicitarse por ello, sabiendo que fueron experiencias maravillosas.
Soy un caribe que vive feliz en ella. En mí se cumplió esa descripción de Gabo: “Esa ciudad que, con su lloviznar de siglos, te trastoca el sentido de la realidad”.
En un mundo donde se cree que hay que ganar como sea, que hace del egoísmo el valor más importante, el gesto del italiano Tamberi y el qatarí Mutaz es impactante.
Cuando vimos al niño zipaquereño emocionado hasta las lágrimas, no nos imaginamos que dos años después su prematura partida nos haría llorar a todos nosotros.
Las obras de este gran periodista nos muestran la historia contemporánea de Colombia desde el relato de los protagonistas y no desde la versión oficial de los que mandan y tienen el poder