Hoy estamos a pocos pasos de lograr que el turismo espacial sea una realidad, vivimos con el celular en la mano, porque queramos o no, puede ayudarnos en casi todo, e internet nos permite comunicarnos de formas distintas, sin importar la distancia física en menos de nada; así, son muchos los paradigmas que a lo largo de la historia han ido cambiando, sin embargo, duele ver que aún hay paradigmas culturales que no cambian.
Esto lo digo pensando en un caso que ha sido viral en las redes, en el que Dahiana Bogarín, figura del Club Olimpia de fútbol de Asunción, quien recibió como jugadora destacada de un torneo un set de ollas como premio. Aunque han dado varias explicaciones los organizadores del torneo, creo que con esta acción refuerzan la idea errada de que las mujeres están hechas para actividades como la cocina, o la dedicación exclusiva a las tareas del hogar.
El simple hecho de que esta mujer se haya destacado como una de las mejores futbolistas del campeonato, habla de su habilidad para este deporte, pero también envía un mensaje que nos permite entender que tenemos que dar un paso hacia el reconocimiento de la equidad entre mujeres y hombres.
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Creo que no son pocas las mujeres que aún hoy se sienten condenadas a vivir haciendo las labores del hogar, porque crecieron con la idea de que esa era su tarea y su función, y que los hombres no podemos hacerlo. Por supuesto que es un tema que tenemos que superar como sociedad, aprendiendo a identificar todos los días los distintos modos de machismo, que muchas veces, incluso involuntariamente, terminan haciendo que las mujeres se vean sometidas y en desventaja frente a las habilidades de los hombres.
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Conozco mujeres muy talentosas en distintas áreas que han tenido que permanecer en el anonimato, porque la sociedad no les permiten espacios para sobresalir, como también conozco muchos casos en los que, a partir de la resiliencia y la valentía, han podido sacar adelante sus talentos, sin importar lo que la sociedad diga; lo que pasa es que creo que estos casos deberían ser la mayoría.
Es momento de dejar a un lado los paradigmas que nos mantienen estancados, y caminar hacia un mundo en el que a todos se les reconozca lo que es capaz de hacer y sus habilidades, sin mirar indistintamente su género, su raza, su estatura, o cualquier otra condición.
Escuche la opinión de Alberto Linero en Mañanas BLU:
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