Barranquilla y Atlántico, tres grandes retos para 2018: columna de Óscar Montes

Comienza un nuevo año y con él surgen retos y metas por cumplir. En el caso de Barranquilla y el Atlántico son varias las tareas que deberán sacarse adelante.

La capital del Atlántico tiene como principal reto la realización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que deberán ser, como bien lo ha dicho el alcalde Alex Char, "los mejores de la historia". Desde ayer, primero de enero, Barranquilla está en modo "Juegos Centroamericanos".

Los ojos del país y del continente están puestos en La Arenosa y estamos seguros de que no seremos inferiores a la misión asignada.

Los Juegos significan más y mejores escenarios deportivos, todos de primer nivel, así como un buen número de jóvenes deportistas dispuestos a ganar el mayor número de medallas.

Pero los Juegos también deberán servir para generar más empleos en la ciudad, que sigue siendo una tarea pendiente. La ocupación temporal y la informalidad son muy altas en una ciudad que requiere con urgencia generar empleos de calidad. Es decir, hay que dar el salto hacia la formalidad y dignidad laboral. Estar ocupado no es estar empleado. Esta segunda tarea requiere del compromiso por parte de todo el sector productivo de la ciudad.

Y el tercer gran reto tanto para Barranquilla como para el Atlántico en 2018 es afrontar la "crisis humanitaria" que se presenta con la llegada masiva de venezolanos. Son miles de personas que todos los días ingresan a nuestro territorio provenientes del vecino país. Y llegan buenos y malos. Vienen muchos dispuestos a aportar su capacidad de trabajo y también llegan otros a conformar bandas delincuenciales. Y unos y otros deben ser atendidos por las autoridades.

Pero las cosas hay que decirlas con claridad: ni Barranquilla ni el Atlántico ni la Región Caribe están preparadas para hacerle frente a la "tragedia humanitaria" que se avecina por el ingreso de cientos de miles de venezolanos a nuestro territorio.

Se requiere con urgencia de la participación directa del Gobierno Nacional para hacerle frente a esta situación. Es la Cancillería la que en primer lugar debe ponerse al frente de la situación. Y no lo ha hecho. Es una crisis binacional que requiere una solución binacional. Es decir, se requiere que los gobiernos de Colombia y Venezuela se sienten a buscarle una solución conjunta a la crisis.

El alcalde de Barranquilla y el gobernador del Atlántico deben liderar la posición unificada de la Región Caribe para hacerle frente y superar la crisis que afecta a todos los departamentos. Sin su concurso no es posible encontrar la salida.

Ahí están, pues, tres grandes retos que deberán afrontar de forma inmediata tanto el alcalde de Barranquilla como el gobernador del Atlántico en este 2018, que esperamos nos brinde a todos muchas alegrías y muchos logros.