El suplicio de volver a casa: columna de Óscar Montes
El panelista Óscar Montes contó lo que tuvo que vivir para regresar a Barranquilla desde Valledupar luego de bloqueos en la troncal del Caribe.
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Nunca pensé que el viaje de retorno de Valledupar a Barranquilla terminaría convertido en una verdadera odisea. En condiciones normales el recorrido se hace en algo más de cinco horas.
Pero ayer esas cinco horas se convirtieron en cerca de once, por cuenta de manifestantes que bloquearon un tramo de la Troncal de Oriente, entre Ariguaní y Ciénaga, desde las 4 y 30 de la tarde hasta las 8 y 40 minutos de la noche.
Cansados de no tener ni agua, ni luz eléctrica durante varios días, habitantes del sector decidieron atravesar palos, piedras y llantas en la mitad de carretera, para impedir el paso de vehículos en ambos sentidos. Es su manera de protestar. Esto mismo hacen varias veces al mes.
"Un día estuve estacionado aquí desde las dos de la tarde hasta la una de la madrugada, solo pudimos pasar cuando ellos se cansaron y se fueron para sus casas", dijo Heriberto Salcedo, conductor de una tractomula que transporta petróleo desde un pozo del Cesar hasta Barranquilla, con quien hablé a un lado de la carretera, mientras esperaba que los manifestantes desbloqueran la vía.
Al parecer, el bloqueo se ha vuelto rutinario, en especial cuando el tráfico de vehículos se incrementa en fechas especiales, como ocurre durante el Festival Vallenato.
El paso de las horas hace perder la paciencia a los viajeros, algunos de los cuales se bajan de sus vehículos, desesperados por la inmovilidad absoluta. Hay ancianos, mujeres embarazadas, bebés, jóvenes estudiantes, todos impotentes por lo que sucede. Vamos a cumplir dos horas de estar “tirados en la carretera”.
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“Es mejor estar afuera que dentro de los carros”, comenta otro viajero damnificado, quien, al parecer, ha vivido esta situación en varias ocasiones. “A veces llegan atracadores, dice, nos obligan a abrir los carros y saquean todo. Hay que darles plata, relojes y joyas”, afirmó, resignado.
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Durante las cerca de cuatro horas que duró el bloqueo no hizo presencia ninguna autoridad, civil, policial o militar. La larga espera acabó cuando un grupo de agentes de la Policía Nacional llegó al sitio y obligó a los manifestantes a desbloquear la vía.
Dentro de pocos días, otros viajeros vivirán este mismo suplicio y llegarán a sus casas, cansados, aburridos y frustrados por tener que padecer el bloquea de una de las principales vías de la Región Caribe.
Y así ocurrirá porque los habitantes de los pueblos ubicados a los lados de la carretera encontraron la mejor manera de “vengarse” de quienes transitan por las vías de la región Caribe, como si ellos fueran los culpables de sus desgracias.
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