"El poder sagrado de la palabra", editorial de Ana Cristina Restrepo

Este es el Editorial de Ana Cristina:"La democracia no es un sistema perfecto porque fue diseñada por seres humanos, imperfectos. Aceptar su imperfección no siempre es sencillo, pero es lo honorable.¿Cómo pretender que con un plebiscito se fuera a solucionar el asunto fundamental del conflicto tratado en los acuerdos de La Habana que es, ni más ni menos, acabar con la ancestral exclusión social y política que padece este país?Ni los que votaron “no” ni los que votaron “sí” son o somos superiores moral o intelectualmente. Mirémonos como ciudadanos con derechos, como iguales, con interés de construir un mejor país.El deber ahora es construir desde la reconciliación. Las Farc ya han dicho que las palabras seguirán siendo su única arma. Nuestro deber ciudadano es respetar el poder sagrado de la palabra, de la discusión civilizada y sin mentiras.A Colombia le espera un panorama político incierto: que nuestra serenidad y apoyo a las instituciones democráticas, que nuestro respeto por el otro sea por ahora la única certeza.Gracias al equipo negociador, a Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo, por sus noches de insomnio, por los desacuerdos con la contraparte, por recibir insultos y poner la otra mejilla. Gracias por la soledad que muchas veces debieron sentir y que ahora deben revivir. Me atrevo a hablar en nombre de algunos votantes del “sí” y decirle al equipo negociador: estamos a su lado para conservar la compostura, para seguir en esta difícil tarea, para aferrarnos a la palabra como la solución única y verdadera a los conflictos, y para respetar los mandatos de la democracia.Nunca he entendido el abstencionismo dentro de una democracia. Al 63% de ciudadanos habilitados para votar que se negaron a hacerlo solo queda felicitarlos: ustedes son los verdaderos triunfadores de la jornada de ayer. Ustedes nos definen como nación.Seguimos en lo nuestro: trabajando por una Colombia mejor para los que vienen. Aceptamos los resultados del plebiscito con tristeza pero sin sorpresa: es la derrota de los perdedores de siempre, de las víctimas, de quienes siempre han sido relegados. Por ellos, por las víctimas del los lugares más aporreados por el conflicto como Bojayá, Tibú y Toribío, donde ganó el “sí”, por ellos aceptamos el resultado de estas elecciones y seguimos el único camino posible: el de la reconciliación".