"Marihuana y cultura", editorial de Ana Cristina Restrepo

Este es el Editorial de Ana Cristina: "Hace menos de un año, tuve una conversación con una mujer que sufría cáncer de seno, estaba en quimioterapia, y ante su oncólogo se negó terminantemente a usar marihuana para calmar el dolor. ¿La razón? No le quería dar “mal ejemplo” a su hija. Hace más de veinte años, mi abuela sufrió de dolores insoportables producto de un cáncer. Sólo los masajes de alcohol con marihuana calmaban su agonía. Nunca dudamos en administrarle el medicamento, con la autorización previa del médico tratante. La aprobación de la ley para el uso medicinal de marihuana requiere claramente un cambio cultural en los colombianos. Con 84 votos a favor y cuatro en contra, la plenaria de la Cámara de Representantes ayer aprobó en último debate el proyecto de ley por medio del cual se reglamenta el cultivo, producción, fabricación, adquisición, importación, exportación, almacenamiento, transporte, comercialización, distribución, uso y posesión de las semillas de la planta de cannabis, sus derivados y los productos que lo contengan, con fines medicinales y científicos. En primera instancia, es preciso entender que los productos derivados de la marihuana que se busca regular deben responder a estándares de calidad avalados por las comunidades científicas. En segundo lugar, el objetivo también radica en que el gobierno colombiano entre a regular los precios de las sustancias farmacéuticas, garantizando precios que les permitan a los pacientes de enfermedades crónicas y terminales acceder a este tipo de tratamientos. La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, un órgano independiente de Naciones Unidas que vigila el cumplimiento de los tratados sobre drogas, sería una de las instancias que permitirían definir el marco regulatorio en Colombia para pedir la ampliación del cupo de cultivos de cannabis. Es preciso aclarar que no hablamos de la legalización del uso recreativo de la marihuana. Esta ley quiere ofrecerles alternativas medicinales a los colombianos con enfermedades crónicas y terminales. Hay quienes temen que la legalización del uso medicinal de la marihuana abra las puertas al uso recreativo: ojalá tengan razón. Es claro el resultado desastroso de la prohibición del uso de la marihuana, que no solo eleva los precios en el mercado negro, sino que incita al consumo y evita el control estatal de la producción y distribución. Es hora de pensar la norma desde la observación de las libertades individuales. La legalización de la marihuana da poder de control al Estado. Si bien están por decidirse los detalles de esta legalización del uso medicinal del cannabis, conviene empezar a considerar la legalización con fines recreativos, lo cual controlaría factores como la cantidad usada por el consumidor, la producción, la distribución. Y por supuesto: sería para consumo de adultos. No solo cambian las legislaciones, con ellas deben transformarse las formas de ver el mundo. En este caso, sería conveniente reconsiderar la relevancia de las libertades individuales".