Más rápido, más alto, más fuerte, más humano, editorial de Ana Cristina Restrepo

Este es el Editorial de Ana Cristina: "Hay noches en las cuales Marieke solo duerme diez minutos, la acosan intensos dolores, consecuencia de una enfermedad degenerativa que padece desde hace catorce años. Dicha enfermedad no solo compromete sus piernas, también la hace desmayarse con frecuencia. En el año 2008, se vio obligada a abandonar el triatlón adaptado (disciplina de la que fue campeona del mundo en dos ocasiones) pues quedó postrada en una silla de ruedas. Entonces comprendió que la única forma de conservar el vínculo con su deporte favorito era practicando el carrovelismo (esquí sentada), y las carreras en sillas de ruedas. Marieke Vervoort, atleta belga de 37 años, entrena para competir en las pruebas de velocidad en los Juegos Paralímpicos de Rio 2016, que se realizarán entre el 7 y el 18 de septiembre. En los pasados Juegos Paralímpicos, en Londres, Marieke consiguió tres medallas: un oro en los 100 metros lisos y dos platas en los 200 y los 400 metros lisos. En el año 2015 obtuvo el primer puesto en el Mundial de Doha, proclamándose campeona del mundo y rompiendo récords en los 400, 800, 1.500 y 5.000 metros. Además de su alto rendimiento, sus marcas y récords, ¿en qué se diferencia Marieke Vervoort de los otros 4.500 deportistas paralímpicos que van a Río de Janeiro? Marieke planea solicitar la eutanasia una vez termine su participación en las justas de Brasil. Su fecha de muerte está pactada para el año 2017. En Bélgica, la eutanasia es legal desde 2002 para aquellos pacientes con enfermedades físicas o psíquicas incurables y que estén sometidos a sufrimiento físico y mental. “Los papeles están listos. No quiero ninguna iglesia, ni pasteles. Quiero que en mi funeral todos tengan una copa de champán en la mano y piensen en mí”, dijo la atleta a los medios de comunicación. En estos paralímpicos 2016, Marieke busca repetir el oro en los 100 metros lisos y alcanzar otra medalla en los 400. El podio de Marieke Vervoort es otro. El oro no es su única meta. Cuando pensábamos que la inmortalidad es la búsqueda de todo atleta olímpico, una deportista belga viene a decirnos que quiere morir. Morir sin dolor. El espíritu de las Olimpiadas levanta los estandartes del atleta “más rápido, más alto, más fuerte”. Marieke, con el poder avasallador de su dolor físico, llega a Río de Janeiro para reivindicar su condición mortal, y recordar que aunque parezcan dioses, los deportistas olímpicos son seres humanos".