Con ansias de casarse, los anillos comprados y la tela de los vestidos oliendo a guardado están hace un año José Gregorio Ortiz y Kellis Gómez, un venezolano y una barranquillera a quienes Dios no ha podido unir en matrimonio porque la ley de los hombres los tiene esperando la entrega del permiso por protección temporal que necesita José para armar oficialmente la fiesta.
Según lo que contó la pareja a BLU Radio, se tenía previsto que el trámite demorara aproximadamente tres meses, pero la espera legal busca volver invicto a un amor que sobrevive a una dictadura.
“La cita biométrica por el permiso de protección temporal José la realizó en el mes de septiembre, luego esperamos siete meses y llenamos el formulario de septiembre visible para recibir respuesta, definir su situación migratoria y así podernos casar", indicó Kellis.
Cada mes José acude al Centro Facilitador de Servicios Migratorios en Barranquilla esperando una respuesta positiva, así como cuando Kellis le dio el sí.
"Agradeceríamos mucho a Migración Colombia que nos pueda ayudar a cumplir nuestro sueño", recalcó José.
Por el caso, BLU Radio consultó a Migración Colombia, pero la respuesta la seguimos esperando, así como José y Kellis esperan algún día llegar de la mano al altar.
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