Semana Santa no es ‘parranda santa’: columna de Óscar Montes
El panelista Óscar Montes habló sobre la Semana Mayor.
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La Semana Santa, también conocida como la Semana Mayor, tiene un especial significado por los católicos.
Es la conmemoración de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Quienes profesan la fe católica participan de una serie de actividades litúrgicas que se inician el Domingo de Ramos y culminan con el Domingo de Resurrección.
Para el mundo católico la Semana Santa es también un periodo de reflexión en el que tienen particular importancia el Jueves y Viernes Santos, así como el Domingo de Resurrección. En cada uno de esos días, los católicos expresan su profunda admiración por Jesús de Nazaret, así como su devoción por quien dio la vida por su salvación
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La Semana Santa es, pues, una semana espiritual y de unión familiar. La Semana Santa no es una "parranda santa". Ese no es su sentido. No debería serlo. Pero -sin duda- la Semana Mayor ha perdido poco a poco su valor espiritual, su mística y hasta su propio sentido.
En muchas familias católicas, la Semana Santa es la fecha propicia para la farra, el jolgorio y los excesos de todo tipo.
Atrás quedaron las largas jornadas de reflexión, que le permitía a la familia todos los años un encuentro directo y profundo con Jesús, mediante la conmemoración de su vida, pasión, muerte y resurrección.
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Estos días santos deben servir para fomentar la unión familiar. Es la mejor oportunidad para expresar respeto y admiración por nuestros padres y hermanos, así como por todas aquellas personas que conforman la familia.
Es la mejor ocasión para reflexionar sobre el valor de la vida y lo que ella representa. Es el momento perfecto para inculcar en los menores los valores cristianos, como la fe, la caridad, la humildad y la esperanza, entre otros. El descanso de estos no sólo es necesario, sino merecido. Pero tengamos siempre presente que la Semana Santa no es una "parranda santa".
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