Veinte años de 'la barriga de trapo'
La mujer actualmente tiene cuatro hijos y hace masajes y trenzas en la playa.
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El 29 de noviembre de 1997 quedó marcado como el día o la fecha en la que se gestó una historia como de película que llamó la atención en Colombia y es la historia de ’la barriga de trapo'.
El caso se desarrolló en el barrio Nueva Colombia, sur occidente de Barranquilla y la protagonista fue una joven de 16 años llamada Liliana Cáceres quien a esa edad estaba a punto de 'parir' a seis, siete u ocho hijos.
El otro protagonista fue Alejandro Ferrans Altahona, de 22 años de edad, quien era la pareja sentimental de Liliana. Este hombre, quedó bautizado como ‘macho man’.
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Cuando la noticia corrió como pólvora en la ciudad y Alejandro Ferrans era el más perseguido por los medios, el hombre manifestó en una entrevista que en su barrio se la tenían montada y que no había ninguna clave para lograr tener 9 hijos, que esas eran cosas de Dios.
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Por su parte, Liliana en su momento contó que ella se inventó ese embarazo porque se enteró que su compañero sentimental la estaba engañando con su mejor amiga. Para sostener su mentira, dice ella, que tomaba mucha agua y jugos para que se le inflara la barriga.
Físicamente a Liliana se le conoció vestida con una bata blanca, acostada en una camilla del Hospital Universitario con un vientre desproporcionado, de donde se esperaba que salieran la más de media de docenes de bebés.
Lo extraño era que a Liliana no le habían practicado exámenes, ni ecografías y no se dejaba tocar por nadie.Jaime Rodríguez fue uno de los doctores que atendió a Liliana en el Universitario, era médico general en consulta externa y siempre ha dicho que cuando ella llegó, su extraña barriga fue motivo de desconfianza.
Cáceres no titubeaba para hablar de su embarazo, sin embargo, cuando el médico le dijo que le enseñara las ecografías y que debía examinarla, Liliana empezó a dar muchas excusas. La pesaron y estaba en 42 kilos, algo anormal con ese 'barrigón'.
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Después de varias citas médicas, el doctor Rodríguez, ya se había ganado la confianza de la muchacha de 16 años, la convenció para que se acostara en la camilla y se tranquilizara.
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Antes de eso ya había acordado con los otros doctores una maniobra para acabar con la incertidumbre de una vez por todas. Contaron hasta tres y cada uno la tomó por un lado y en segundos quedó expuesto un delantal plástico bien hecho con unos bolsillos llenos de ropa.
El llanto apareció en el rostro de Liliana y para tranquilizarla le inyectaron diazepam. Luego, los médicos convocaron a una rueda de prensa en la que revelaron que no había tal embarazo y lo que había era una barriga de trapo.
Ya han pasado 20 años de la historia de la Barriga de Trapo, Liliana Cáceres, permanece en Cartagena haciendo trenzas y masajes a los turistas.
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