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La decisión de Bogotá que pone en vilo la política ambiental del Gobierno Duque

Transmilenio adjudicó por cerca de siete billones una flota de buses que siguen siendo contaminantes para los próximos diez años.

319099_Blu Radio. TransMilenio / Foto: AFP
Blu Radio. TransMilenio / Foto: AFP
GUILLERMO LEGARIA/AFP

La empresa de transporte público más importante del país adjudicó el contrato para la compra y operación de más de 1.300 buses de TransMilenio que estarán circulando por las calles de Bogotá durante la próxima década.

 

Cinco empresas que hicieron sus propuestas para la flota en la capital se quedaron con el contrato. Sin embargo, hay dos elementos que son contradictorios con la política ambiental del Gobierno Duque y con los acuerdos suscritos por el país en materia de medio ambiente.

 

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En primer lugar, en ciudades como París, Atenas y México existen planes concretos para salir de este tipo de buses hacia el 2025, ya que se ha probado científicamente que sus emisiones causan partículas contaminantes y cancerígenas para el ser humano. El diesel en grandes sistemas de transporte contamina el aire y causa efectos negativos en la salud, lo que termina debilitando la calidad de vida de las personas.

 

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El documento verde del presidente Duque establece la meta de llegar a 600.000 vehículos eléctricos para el 2030. Sin embargo, en la reciente reforma tributaria se anuló el numeral 468-1 del estatuto tributario que fijó solo un 5% de IVA para los vehículos, motocicletas y motores eléctricos en Colombia. Esa decisión se dio en su momento para impactar o estimular la compra de vehículos eléctricos y reducir los índices de contaminación, pero la reforma tributaria radicada en el Congreso de la República anula ese numeral, para que el IVA, junto con los productos de la canasta básica familiar, pase a ser del 18%.

 

 

Vea también: Bogotá, a un paso de quedarse una década sin buses eléctricos

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Para los expertos en automovilismo como el gremio Andemos, esa decisión es un paso atrás para el medio ambiente, que también va a tener una consecuencia para las decisiones futuras de las ciudades cuando edifiquen o renueven sus sistemas de transporte.

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Según el ambientalista Camilo Prieto, esta fue una decisión “nefasta” para Bogotá y para el país.

 

“La decisión de la Alcaldía es absolutamente inexplicable. Por un lado, le aplica a la tecnología Euro V que ya está completamente descartada en Europa, y a la tecnología Euro VI que, según estudios recientes, no logran controlar las emisiones de óxido de nitrógeno que son los que la OMS ha declarado como cancerígenos. La administración de Peñalosa tuvo la oportunidad histórica de avanzar hacia las energías renovables, pero no lo asumió con grandeza y está comprometiendo la calidad del aire de los ciudadanos”, explicó el médico ambientalista.

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Prieto agregó que los filtros que van a utilizar los buses no pueden anular los efectos de los gases y dijo que es falso que los costos elevados sean los que impiden comprar buses eléctricos.

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La contaminación en el aire le cuesta al año al sistema de salud 15 billones de pesos. En mediano plazo el mantenimiento de los buses eléctricos cuesta un 50% menos”, aseguró.

 

El Concejo dividido

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Varios concejales de diferentes bancadas se pronunciaron sobre la polémica participación de las firmas que hasta el momento tendrán buses a gas y diesel a falta del patio de Las Américas.

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“Hemos visto muchos sectores de izquierda quejándose por esta adjudicación, recordarle a todos estos activistas de izquierda en la ciudad que cuando tuvieron que renovar la flota de buses no lo hicieron, por el contrario, omitieron este pequeño detalle y fueron cómplices de la contaminación en la ciudad, de unas prórrogas adjudicadas a dedo, entre ellas, por el alcalde Gustavo Petro. Celebramos que se haya adjudicado donde en su gran mayoría quedó con tecnología a gas. Significa que no es cierto que el diesel se está apoderando de la ciudad”, señaló el concejal Rolando González de Cambio Radical, apoyando la decisión.

 

Entre tanto, la oposición al gobierno Peñalosa no esperó para pronunciarse, Juan Carlos Flórez, quien ha sido una de las voces críticas de la administración, expresó su descontento por las decisiones.

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“La administración de Enrique Peñalosa acaba de adjudicar la compra de 1.143 nuevos buses para Transmilenio; 682 buses (59.7%) fueron para volvo diesel euro V; 461 buses (40.3%) fueron para skania, gas, euro VI; Eléctricos 0. Una tecnología obsoleta diesel se perpetuará en Bogotá. Por más que mienta no podrá ocultar que de los 1.143 buses que adjudicó TransMilenio, la mayoría son Volvo diesel cancerígeno, y el diesel fue declarado por la organización mundial de la salud como agente cancerígeno número uno. Ganó Volvo, perdió Bogotá”, añadió.

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Daniel Palacios, presidente del Concejo, reaccionó de forma positiva a la adquisición de los nuevos vehículos.

 

“Muy importante que después de más de 18 años de tener buses con más de un millón de kilómetros podamos entregarle a la ciudad una nueva flota, más de 1.200 buses nuevos. Importante que tres troncales hayan quedado con sistema de gas, lo que ayudará a mejorar el medio ambiente, a reducir la huella y el impacto ecológico. Dos troncales quedan con diésel, una troncal desierta, lamentamos que no haya podido haber una adjudicación para buses eléctricos, pero esperamos que podamos seguir avanzando en que la ciudad tenga tecnologías más limpias en el sistema de transporte público”, aseguró.

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Por otro lado, Manuel Sarmiento del Polo Democrático cuestionó a las empresas que se quedaron con el negocio y expresó lo que considera fallas técnicas en el sistema.

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“Volvo y los actuales operadores se quedaron con el 60% de la flota adjudicada en la licitación de TM. El gran negocio de la privatización del transporte. Volvo financió la organización que le pagó 468.000 dólares a Enrique Peñalosa por vender buses por todo el mundo. Volvo se quedó con el 60% de la flota de TM adjudicada, con buses que ya están prohibidos en Europa por su alto nivel de contaminación y daño a la salud. La licitación de las fases I y II de Transmilenio adjudicada hoy tampoco resolverá ninguno de los graves problemas que padecen los trabajadores del sistema. No les importó. Nunca se reunieron con ellos. Esa es la visión elitista del alcalde”, agregó.

 

La exdirectora del Instituto de Desarrollo Urbano María Fernanda Rojas también argumentó que mientras en el mundo la política de transporte avanza, en Colombia esto significa un retroceso.

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“En lugar de que todo el mundo estuviera como estamos haciendo fuerza para que lleguen buses de tecnologías limpias deberíamos tener la tranquilidad de que así fuera. Al contrario, lo que sí tenemos por seguros es que el 30% de todo el paquete no va a ser solo de Diesel, sino de Diesel Euro V, una tecnología ya obsoleta en Europa y otros lugares del mundo, y una última preocupación que hemos advertido en los últimos meses. Se necesita adecuar 47 estaciones para que lleguen los biarticulados nuevos. Sin embargo, el Distrito solamente ha sacado un proceso para adecuar nueve estaciones y dos patios. ¿Qué va a pasar en 2019? Van a llegar los biarticulados y las estaciones no van a estar listas para recibirlos. ¿Cómo va a afectar esto la operación?”, se preguntó la ahora concejal por la Alianza Verde.

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Finalmente, la decisión pone en vilo la política de Gobierno que busca cumplir los compromisos de Colombia en el Acuerdo de París. Hasta ahora ni el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, ni el ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, se han referido a la situación.

 

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