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Sergio Ramos se salvó de recibir la tarjeta roja este miércoles luego de protagonizar una nueva agresión imperceptible para el árbitro, pero que incluso hizo sangrar al jugador Milan Havel del Viktoria Pilsen.
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El hecho ocurrió cuando transcurría el minuto 14 del partido entre Real Madrid y el conjunto checo por una nueva jornada de la Champions League en la que los merengues se pudieron imponer por holgura en el resultado.
Milan Havel pretendía controlar un balón, cuando Ramos se le atravesó y, abriendo el brazo, impactó en la nariz del jugador del Viktoria Pilsen.
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El futbolista tuvo que ser atendido por el equipo médico para contrólale la hemorragia y, el árbitro, entretanto, consideró la jugada como algo fortuito que no merecía ningún tipo de sanción.
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