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Con una velocidad máxima de 300 km/h y la capacidad de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, el último modelo del fabricante de vehículos deportivos de lujo se convertirá en el segundo de la marca al servicio de los agentes de tráfico.
El primero, un Gallardo de 2009, ha sido usado principalmente para el traslado urgente de órganos para trasplantes o transfusiones de sangre in situ tras accidentes de coche. También podría ser empleado para casos de excesiva velocidad o actividades promocionales.
"Estamos muy orgullosos de continuar nuestra colaboración con la policía y de ser capaces de contribuir a acercar a las fuerzas de seguridad a la ciudadanía", afirmó el presidente de Lamborghini, Stefano Domenicali, tras entregar las llaves del vehículo al ministro de Interior, Marco Minniti.
El Gallardo, por su parte, será retirado de la circulación y pasará a formar parte la colección del Museo de los coches de la Policía en Roma.
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"Hizo 150.000 km para nosotros, lo que muestra que era un vehículo realmente bien construido que salvó vidas con sus viajes de traslado de órganos", aseguró Minniti.
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