En realidad se trataba de una publicidad de la película los Cazafantasmas que se estrenará en los próximos meses en España.
Inicialmente Sony Pictures y una agencia publicidad tenían la intención de hacer la broma en tiempo real pero las autoridades se negaron por miedo a que se registrara algún accidente, según reseña Verne de El País de España.
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Así las cosas, decidieron contratar actores, que tampoco sabían lo que ocurría, y por esos sus reacciones son aparentemente genuinas.
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