Lluvia y dos estadios le dieron a Silvestre Dangond el nombre de leyenda en Colombia
Un ‘Último Baile’ va más allá de una despedida, sino como un signo de pasión y recopilación a una extensa carrera artística.
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"El Campín no es un reto", dijo Silvestre Dangond a inicios de 2024 cuando por primera vez se arriesgaba a llenar un estadio en Bogotá, que terminó siendo un éxito en mayo de ese año en un recorrido de lo mejor de todos sus éxitos.
Pero aún sintió que faltaba algo más y era cerrar caminos que en el pasado quedaron abiertos, en especial con gente que por cosas de la vida faltó más y ese fue el caso de su relación con Juancho de la Espriella, a la cual aún le falta su ‘Último baile’ y que mejor forma de celebrarlo, que nuevamente en El Campín de Bogotá.
“Yo llegué aquí a Bogotá y dije yo tengo que tomarme mi trago porque va a ser muy fuerte para mí volver a trabajar, regresar medio tiempo con mis compadres. Tuvimos unos acercamientos en Zoom y tú no sabes que eso fue maravilloso porque yo le decía a mi esposa, mi amor, que fue tan impresionante como lo arreglo con este man, así sea por Zoom. El universo no nos enseña 100% que somos un complemento, sino que el ser humano se estima a creer que con su talento puede sobrevivir. Pero somos un complemento en todos los sentidos: el sol, la luna, el agua, la tierra, las estrellas”, expresó Dangond previo al evento.
El Estadio El Campín de Bogotá vibró con el inicio de El Último Baile Tour de Silvestre Dangond, acompañado por Juancho De La Espriella. Durante dos noches, el 29 y 30 de agosto, más de 80 mil asistentes disfrutaron de un espectáculo de cuatro horas en el que sonaron himnos vallenatos como La colegiala, Las locuras mías y Niégame tres veces.
A pesar de la lluvia, la energía del público se multiplicó con la presencia de invitados internacionales como Farruko, Natti Natasha y la Banda MS de México. Momentos especiales incluyeron homenajes a Omar Geles y Kaleth Morales, resaltando el legado y la emotividad del género vallenato.
La producción, dirigida por Alain Corthout y respaldada por un despliegue técnico sin precedentes en Latinoamérica, contó con sonido Meyer Sound, iluminación Robe con más de 800 luces, pantallas LED de alta resolución y un equipo de más de 4.000 personas trabajando por jornada.
Con 8 meses de planeación, 40 tractomulas de montaje, efectos especiales, drones y más de 700 luces LED, el concierto se convirtió en un hito logístico y sensorial. Tras conquistar Bogotá, la gira continuará por ciudades como Bucaramanga, Barranquilla, Medellín, Cartagena y Santa Marta, llevando la grandeza de El Último Baile a toda Colombia.