La seguridad del hacker Andrés Fernando Sepúlveda cazó en contradicción al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) y a la Fiscalía. Un arma es el ‘florero de Llorente’ entre las dos entidades.
Mientras el general Saúl Torres, del Inpec, asegura que sus hombres no hallaron ningún tipo de arma en las requisas hechas a la cárcel La Picota, tal como lo asegura la Fiscalía; en el búnker se afirma que el arma fue traída desde la ciudad de Cali y habría, además, complicidad de guardias del Inpec en este complot. (Lea también:Fiscalía incluye en programa de protección a testigos al hacker Sepúlveda).
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Por su parte, el general Torres salió al paso y desmintió esas versiones. Dijo además que Sepúlveda estaba satisfecho con las medidas especiales de seguridad que le brindaron en el pabellón de máxima seguridad del centro penitenciario.
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"Con todos los internos, no solo con Sepúlveda, se adoptan medidas especiales de seguridad de acuerdo a su connotación y nosotros les brindamos la seguridad requerida", dijo el oficial de la Policía. (Fiscalía alista nuevo llamado a juicio de involucrados en caso Andrómeda).
El hallazgo del arma, según la Fiscalía, en una celda contigua a la del hacker Sepúlveda, originó sospechas de un posible atentado en contra del ‘espía del proceso de paz’, razón que obligó a que el pirata informático fuera trasladado de La Picota a una celda en el búnker de la Fiscalía.
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