La justicia no puede ser un sistema que capture por sospecha: columna Ricardo Ospina

El más reciente reto judicial que ha levantado ampolla tiene que ver con la situación de los diez capturados por haber presuntamente participado en una serie de atentados en Bogotá y en Pereira desde 2015, cometidos por un grupo terrorista hasta ahora desconocido, llamado MRP, Movimiento Revolucionario del Pueblo, teniendo como el ataque más grave, el ocurrido a las 5:10 de la tarde del sábado 18 de junio en el baño de mujeres del segundo piso del Centro Andino, que causó la muerte de tres personas y heridas a otras nueve. Este fin de semana fueron enviados a la cárcel todos los detenidos hace ya 10 días en El Espinal y en Bogotá, luego de que la juez de control de garantías del caso considerara que la Fiscalía, en una sesión extensa y reservada, presentó suficientes evidencias para señalar a este grupo de personas como integrantes del MRP y partícipes de los ataques. Esta versión contrasta con la que los mismos capturados han dado por medio de cartas, cuando han sido abordados por los periodistas en los pasillos de los juzgados de Paloquemao y con sus abogados: que esto es un falso positivo judicial, que están estigmatizando a los estudiantes de la Universidad Nacional y que se está criminalizando a los defensores de Derechos Humanos. Sin embargo, la Fiscalía y la Policía tienen elementos suficientes para considerar que ‘Talibán’, ‘el Calvo’, Cristian Sandoval, Juan Camilo Pulido, Boris Ernesto Rojas, Lina Jiménez, Alejandra Méndez, Lizeth Johanna Rodríguez y otras dos personas, no solo pertenecen al MRP sino que participaron en atentados. Nitrato de amonio, una pistola que ya había aparecido en un video del grupo, una bitácora de seguimiento a la seguridad de la policía en el centro andino, fotos en el baño del centro comercial, descarga de planos de ese sitio, panfletos, banderas del MRP y hasta cables y detonadores fueron hallados en los allanamientos de la semana pasada. Por ahora la justicia actuó y será la Fiscalía la que acopie más pruebas y las presente en la acusación. Ahora quedan reflexiones sobre los jueces: deben ser autónomos, pero honestos y conscientes de la gravedad de los hechos.