Incendios en La Macarena estarían afectando la calidad del aire en Bogotá

La Macarena, La Cristalina, El Billar, Yarumales, Puerto Cachicamo, entre otros, son algunos de los puntos en los que el humo del incendio forestal entre el Meta y el Caquetá ha producido mayores problemas.La situación en esta zona del país ha ocasionado que las comunidades que allí viven se vean afectadas, incluso, por la calidad del aire.Para los expertos, el humo que es arrastrado por el viento llega a varias zonas de Bogotá, aumentando los niveles de contaminación.“Desde el viernes hemos tenido una mala calidad del aire en Bogotá, siendo que con el paro camionero había mejorado bastante. Después descubrimos que la causa son los incendios que se han presentado en La Macarena y en Tinigua, cuyo humo es arrastrado por el viento y ha llegado a la capital”, dijo el ambientalista Daniel Bernal.Mientras que el daño generado por cuenta de la conflagración pone en riesgo especies nativas de fauna y flora, los recursos hídricos y el impacto para que puedan resurgir nuevas vidas es tan grande que requiere amplios espectros de tiempo, pues, por ejemplo, en la Sierra de La Macarena, habitan tipos de osos, monos, más de 1.000 especies de insectos.En el 2019, entre el Instituto Humboldt y Cormacarena, hallaron más de 700 especies de aves, que actualmente se encuentran en grave riesgo.“Hasta el momento no se ha calculado cuántos billones de pesos costará el pasivo ambiental que dejan estos incendios, pero lo que sí tenemos claro es que tardará varias décadas en poderse recuperar estos ecosistemas”, dijo el médico ambientalista Camilo Prieto.Sin embargo, según expresa Prieto, la problemática va más allá, pues el ingreso de actores armados eleva las posibilidades de daño y el afán de cultivar coca permite que los incendios sean mucho más frecuentes.“La situación que atraviesan los parques naturales en nuestro país es muy grave. La ilegalidad se está apoderando de estos ecosistemas. Por un lado, aniquilando a los guardaparques y fomentando incendios criminales para apodarse de estas tierras”, mencionó.“De nada nos sirve a los colombianos que se declaren áreas protegidas cuando el Estado deja abandonados estos ecosistemas que han sido víctimas del posconflicto para que sean manos criminales las que ejerzan el poder”, agregó.