Señalan a Ford, Nissan, Peugeot y más marcas de manipular carros para superar controles
Los fabricantes enfrentan acusaciones de haber instalado sistemas destinados a falsear los resultados de las pruebas de emisiones.
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Un nuevo capítulo se abre en Reino Unido sobre el escándalo global de los motores diésel manipulados.
Este lunes, el Tribunal Superior de Londres inició un proceso judicial contra cinco grandes fabricantes de automóviles acusados de alterar sus vehículos para pasar los controles de emisiones contaminantes.
Los grupos señalados en este juicio son Renault y Peugeot-Citroën (Stellantis), Mercedes-Benz, Nissan y Ford, que enfrentan acusaciones de haber instalado sistemas destinados a falsear los resultados de las pruebas de emisiones. Las compañías niegan categóricamente las imputaciones.
Según la agencia AFP, este proceso podría convertirse en el más importante de su tipo en Reino Unido, ya que involucra a miles de consumidores que reclaman compensaciones.
De acuerdo con el bufete Leigh Day, que representa a los demandantes, alrededor de 1,6 millones de conductores británicos exigen reparaciones económicas por considerar que fueron engañados al adquirir vehículos que no cumplían con los estándares ambientales prometidos.
El abogado Martyn Day, socio de ese despacho y uno de los principales representantes de los afectados, explicó a la agencia que el caso “es mucho más amplio y afecta a casi todos los fabricantes” que venden automóviles en el país.
Según Day, la decisión que adopte el Tribunal Superior podría aplicarse posteriormente a otros grupos automotrices que enfrentan denuncias similares en Reino Unido.
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El llamado “dieselgate” estalló en 2015, cuando el grupo Volkswagen admitió haber instalado un software en más de 11 millones de vehículos en todo el mundo que detectaba cuándo estaban siendo sometidos a pruebas oficiales para reducir temporalmente las emisiones contaminantes.
El engaño le costó a la firma alemana casi 35.000 millones de dólares en multas y compensaciones, principalmente en Estados Unidos, donde las regulaciones medioambientales son más estrictas.
Posteriormente, en 2020, Volkswagen fue declarado culpable por el mismo tribunal británico de haber usado un “software fraudulento”.
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Dos años más tarde, la compañía puso fin a los procedimientos mediante un acuerdo extrajudicial que ascendió a unos 258 millones de dólares, sin admitir responsabilidad legal.
Ahora, el proceso reabre el debate sobre la posible extensión del fraude a otros fabricantes. La lista de empresas que podrían verse afectadas si el tribunal falla a favor de los demandantes no se limita a las cinco que están siendo juzgadas actualmente.
Según la información entregada por los abogados, la decisión podría impactar también a:
Todas bajo investigación por supuestas irregularidades similares.
Consultadas por AFP, Ford y Mercedes-Benz calificaron de “infundadas” las acusaciones en su contra. Por su parte, Renault y Stellantis, matriz de Peugeot y Citroën, aseguraron que todos sus vehículos “cumplen plenamente” con la normativa vigente.
Nissan, en cambio, declinó hacer comentarios sobre el caso.
El juicio, que se desarrolla en el Tribunal Superior de Londres, busca determinar si los fabricantes instalaron deliberadamente sistemas para alterar las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y así superar las pruebas de control ambiental.
Los resultados podrían establecer un precedente legal para futuros litigios y abrir la puerta a indemnizaciones multimillonarias en toda Europa.
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Por ahora, todas las miradas están puestas en las audiencias que definirán si las marcas señaladas incurrieron en manipulación tecnológica o si lograron mantenerse dentro del marco de la ley ambiental británica.
El fallo se espera para llegue para comienzos de 2026.