Argentino demandó a China por las afectaciones que le generó el COVID-19

Matías Bergalli es un argentino de 39 años, es casado y tiene cuatro hijos. Antes de la pandemia se desempañaba como empleado en un hotel, sin embargo, su vida daría un giro al ser diagnosticado con COVID-19.

Tras dar positivo, Bergalli, cuya familia depende completamente de su trabajo, tuvo que dejar de trabajar durante más de un mes, agregando también que, por las normas adoptadas por su gobierno, el hotel donde trabajaba tuvo que cerrar, la situación se complicaba aún más.

Las deudas comenzaron a crecer y, más allá del COVID, la condición de salud de Matías empezó a empeorar, tanto que tuvo que ser sometido a cuatro cirugías por diferentes patologías encontradas durante su convalecencia.

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Con las deudas hasta el cuello, cuando pudo recuperarse, Matías decidió comenzar a trabajar en Uber para poder sacar adelante a su familia, fue allí cuando, en medio de su nuevo empleo, recogió a Patricio Poplavsky, CEO y fundador de Poplavsky International Law Offices.

Resulta que esta oficina de abogados se especializó en ramas del derecho internacional y actualmente representa alrededor de 3.000 personas que sienten que el COVID-19 les afectó seriamente en su vida y sus finanzas.

Matías le contó su historia a Poplavsky, quien de inmediato se ofreció a representarlo.

La demanda entablada es contra el Gobierno de la República Popular China y la Organización Mundial de la Salud (OMS), argumentando una violación a los derechos humanos, más específicamente a lo que se refiere con el derecho a la vida y la integridad personal.

Desde la firma de abogados se estima que los familiares de las víctimas por el virus podrían recibir hasta un millón de dólares, mientras que las personas que estuvieron hospitalizadas podrían reclamar una cifra los 500.000 y 700.000 dólares. Por último, quienes tuvieron afectaciones leves, podrían aspirar a una compensación cercana a los 200.000 dólares.