
Luego de su elección como nuevo líder de la Iglesia católica, el papa León XIV ha tomado una decisión que no pasó desapercibida en el Vaticano: su regreso al Palacio Apostólico como residencia oficial.
Esta elección marca un cambio significativo con respecto a su antecesor, el papa Francisco, quien desde 2013 optó por vivir en la austera Casa Santa Marta, rompiendo con siglos de tradición papal.
Con esta decisión, León XIV reanuda una costumbre que había quedado en suspenso durante más de una década. Y más allá del cambio de domicilio, el gesto ha sido interpretado como una señal simbólica: el retorno al centro institucional y ceremonial del Vaticano, cargado de solemnidad y tradición.
¿Cuál es el Palacio Apostólico donde ahora vive León XIV?
El Palacio Apostólico, también conocido como Palacio Papal o Palacio del Vaticano, es uno de los complejos arquitectónicos más emblemáticos del mundo. Su construcción comenzó en el siglo XIV, pero fue a partir del siglo XVII cuando se consolidó como la residencia oficial de los pontífices.

El edificio es mucho más que un lugar de descanso. Con más de 1.000 habitaciones, el palacio alberga espacios fundamentales para la vida vaticana: los Apartamentos Pontificios, la Biblioteca Apostólica, salas de audiencias, oficinas de la Curia Romana y capillas históricas como la Capilla Sixtina, famosa por los frescos de Miguel Ángel.
También conserva un legado artístico y cultural sin precedentes, con obras de Rafael, esculturas renacentistas, tapices, mobiliario de época y revestimientos en mármol que reflejan siglos de historia eclesiástica.

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Un símbolo del papado tradicional
Desde el Renacimiento, el Palacio Apostólico ha sido el símbolo por excelencia del poder papal. Su arquitectura, su ubicación contigua a la Basílica de San Pedro y su función como centro administrativo y ceremonial del Vaticano lo convierten en un espacio cargado de significado.
La decisión del papa León XIV de volver a habitar este lugar ha sido leída por muchos como un gesto de reafirmación institucional. Aunque no necesariamente implica un viraje doctrinal, sí sugiere un estilo de papado más apegado a la solemnidad y las formas tradicionales, en contraste con la impronta más pastoral y cercana que caracterizó a Francisco.

¿Quién fue el último papa que vivió en el Palacio Apostólico?
El último pontífice que vivió en el Palacio Apostólico fue Benedicto XVI. Con la llegada de Francisco, la residencia dejó de ser la norma y se convirtió en una opción. Al instalarse en Casa Santa Marta, el papa argentino buscó enviar un mensaje de humildad y proximidad con la gente. Ese cambio redefinió la forma en que el mundo veía la figura del Papa.
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Ahora, con León XIV, se produce un retorno al corazón histórico del poder eclesiástico. El Palacio Apostólico vuelve a estar habitado, con todo el peso simbólico, espiritual y político que ello representa.