El científico chino He Jiankui, que saltó a la fama a nivel mundial en 2018 tras afirmar que había conseguido crear bebés manipulados genéticamente pararesistir al VIH , aseguró recientemente que llevará a cabo investigaciones de edición genética en Hong Kong utilizando inteligencia artificial.
El controvertido investigador dijo que ha obtenido un visado a través de un programa de talentos local pese a sus antecedentes penales, informa hoy el diario hongkonés South China Morning Post.
He afirmó a través de la red social Wechat que planea investigar en el centro financiero sobre "terapias genéticas para enfermedades raras", recoge el periódico hongkonés.
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"Tenemos previsto utilizar herramientas de inteligencia artificial para hacer evolucionar las cápsides del virus adenoasociado (AAV) para mejorar la eficacia de la terapia génica en enfermedades raras", explicó, sin dar más detalles.
Según el diario hongkonés The Standard, el secretario de Trabajo Chris Sun Yuk-han aseguró hoy en una rueda de prensa al ser preguntado sobre este caso que "los solicitantes de este programa de talentos no tienen que declarar sus antecedentes penales".
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El secretario no quiso comentar sobre "casos individuales", y agregó que es el Departamento de Inmigración quien decide últimamente sobre los visados para entrar en Hong Kong.
He saltó a la fama a nivel mundial a finales de 2018 tras afirmar que había conseguido crear bebés manipulados genéticamente para resistir al VIH, tras lo cual fue condenado a tres años de cárcel, aunque posteriormente fue liberado por las autoridades, según informaron varios medios el año pasado.
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He, profesor de la Universidad Sureña de Ciencia y Tecnología de la ciudad suroriental china de Shenzhen hasta su despido en enero de 2019, fue condenado en diciembre de ese año a 3 años de prisión por su experimento.
Del experimento de He, llevado a cabo mediante la técnica de edición genética CRISPR/Cas9, nacieron tres bebés: en 2018, dos gemelas llamadas Lulu y Nana, y el año siguiente, otra llamada Amy.
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En su última aparición pública, en una conferencia en la Universidad de Hong Kong en noviembre de 2018, el científico se mostró "orgulloso" de su trabajo y recalcó que su estudio no tenía el objetivo de eliminar enfermedades genéticas sino de "dar a las niñas la habilidad natural" de resistir a una posible futura infección del VIH.
El escándalo llevó a las autoridades chinas a revisar sus normativas al respecto de la modificación genética en humanos, que ahora exigen una aprobación de nivel nacional para investigaciones clínicas en ese campo o en otras "tecnologías biomédicas de alto riesgo".
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Asimismo, el Gobierno chino publicó nuevas directrices de reforma de los procesos de revisión ética en áreas como ciencias de la vida, medicina o inteligencia artificial.
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