La Miss Universo que renunció a la corona: lo perdió todo y cayó en las drogas
La exreina estuvo involucrada en rumores que aseguraban que era portadora del virus VIH, lo que la destruyó por completo.
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La vida de Amparo Muñoz, única Miss Universo de España, tuvo todos los ingredientes para convertirse en una película marcada por el drama: fama internacional, presiones difíciles de manejar, una renuncia histórica y una caída atravesada por la depresión y las adicciones.
Durante años, su nombre protagonizó titulares en Europa y América Latina, no solo por su belleza, sino por el crudo relato detrás del certamen. Ahora, su historia vuelve a ponerse sobre la mesa, una historia que va más allá del glamour para convertirse en un retrato de cómo la fama puede destruir.
Amparo salió de su hogar en Málaga siendo prácticamente una adolescente. “Salí de casa con 18 años y volví, enferma, a morir entre los míos”, escribió en 2005 en su libro La vida es el precio. Allí reveló que nunca imaginó que el ansiado título obtenido en Manila en 1974 sería el comienzo de una batalla difícil de librar dentro de la industria del espectáculo.
Para muchas mujeres, convertirse en Miss Universo es el momento más glorioso de sus vidas. Para Amparo fue el inicio de la tormenta. Seis meses después de coronarse como “la mujer más bella del mundo”, renunció al título tras negarse a viajar a Japón. En aquel entonces, cuestionar a la organización era casi un sacrilegio, y las críticas llegaron de inmediato.
Amparo dio detalles duros sobre la industria: contó que la mantenían vigilada, que le intervenían las llamadas y que no podía decidir sobre su vida. Los lujos que la rodeaban, lejos de deslumbrarla, la hacían sentir hipócrita cuando visitaba países pobres.
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La presión la llevó a sufrir un colapso emocional que marcó el final de su vida como reina de belleza y el comienzo de otra etapa aún más compleja: la exposición mediática, la sexualización y su entrada forzada en un cine donde su cuerpo importaba más que su talento.
Su carrera como actriz estuvo marcada por el cine de destape y por relaciones sentimentales polémicas. Después de su matrimonio con Patxi Andión y más tarde con Flavio Labarca, Amparo reconoció haber entrado en “el laberinto de las drogas”. A esto se sumaron rumores destructivos, como la falsa noticia de que tenía VIH, que la afectó profundamente.
Con los años, su salud empeoró. Tras una intervención cerebral, enfrentó secuelas que comprometieron su movilidad y visión. “Siento mucha vergüenza cuando llego a un bar y la gente se queda mirándome”, confesó en una entrevista.
Amparo Muñoz murió en 2011, a los 56 años. Pero hasta el final mantuvo una convicción firme: nunca se arrepintió de haber dicho “basta”.