Lauren Arafat, de 30 años, fue elegida, después de una entrevista, para trabajar en The Potting Shed Spa en Batley, Inglaterra, pero por sus
Según
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"Su segundo turno fue el 1 de junio de 2019. Se comportó de manera errática y hubo una serie de problemas que provocaron que el director tuviera una reunión de personal y terminara su empleo. Salió del edificio y el director canceló las citas por el resto del día como resultado de los problemas que surgieron”, explicaron desde el establecimiento.
La venganza
Luego de la contundente decisión de despedirla, Arafat elaboró lo que la Fiscalía del caso calificó como “una venganza sofisticada” que le tomó solo 30 minutos. Haciéndose pasar por un empleado, desde su celular ingresó al sistema del spa y borró alrededor de 211 turnos y nombres de clientes, por lo que tuvieron que llamar uno a uno a los usuarios para volver a programar las citas.
Según dijo en el juicio Sam Pearce, dueña del lugar, esto habría desencadenado la quiebra de su negocio, pues tuvo que cerrar varios días para organizar todo de nuevo, hasta que se vio obligada a cerrar definitivamente. Esto, según la Fiscalía, no es prueba suficiente para determinar que fue Lauren Arafat la causante de la quiebra.
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¿Qué dijo la mujer?
Lauren afirmó que "no tiene ninguna habilidad particular cuando se trata de computadoras", en declaraciones recogidas por el Tribunal de la Corona de Leeds.
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