Papa proclama santos al arzobispo salvadoreño Óscar Romero y al papa Pablo VI
La reliquia del arzobispo de San Salvador fue una de las partículas de su cuerpo extraída durante su autopsia.
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Ante 70.000 personas reunidas en la plaza de San Pedro, en Roma, se llevó a cabo la ceremonia de canonización del arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, ahora conocido como San Romero de América, quien fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por el llamado Escuadrón de la Muerte, mientras oficiaba misa con enfermos de un hospital.
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Durante el acto de este domingo, también se elevó a los altares a otros seis beatos, entre los que se encuentran el papa Pablo VI y la monja Nazaria Ignacia March, de España.
Un detalle significativo de la ceremonia fue la vestimenta del papa, quien llevaba puesto el cíngulo (cordón que se ata a la cintura) del arzobispo Romero, aún manchado con la sangre del salvadoreño cuando fue asesinado, todo esto como un homenaje al ya santo.
Además, se eligió una reliquia de Romero para ser expuesta en el altar durante el acto junto a otra de Pablo VI. Se trata de partículas de la costilla que le extrajeron al arzobispo salvadoreño durante la autopsia practicada tras su asesinato.
Dentro de los asistentes se encontraban la reina Sofía de España y el presidente de Italia, a quien el papa agradeció por participar en la ceremonia de canonización junto con cientos de salvadoreños y jefes de Estado.
Antes de la proclamación, el nuevo prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Becciu, presentó a Francisco la petición de canonización y leyó una pequeña biografía de cada uno de los nuevos santos.
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