¿Por qué México no quiere que hable el hijo del 'Chapo' Guzmán?

La colaboración del hijo de Joaquín 'El Chapo' Guzmán con la justicia estadounidense ha puesto en entredicho los compromisos del Gobierno mexicano en el combate al crimen organizado y ha abierto interrogantes sobre posibles vínculos políticos con el Cártel de Sinaloa.Según explicó Carlos Matienzo, especialista en seguridad de la Universidad de Columbia, en entrevista con Mañanas Blu 10:30, lo que está en juego no es solo la pena que enfrentará Guzmán López, sino la información que pueda revelar y su potencial impacto en la clase política mexicana. “Lo que iremos viendo son nuevas órdenes de aprehensión, incluso potencialmente filtraciones a los medios de comunicación”, aseguró el académico.Desde su extradición a Estados Unidos, Ovidio Guzmán ha cooperado con la Fiscalía del país del norte, con la aparente intención de reducir su condena y proteger a su familia. “Lo que hicieron fue abrir una ventana de colaboración con la fiscalía; no es que queden libres, pero sí buscan beneficios”, explicó Matienzo. Esta cooperación, según se ha revelado, incluiría detalles sobre las estructuras del Cártel de Sinaloa, sus rutas de tráfico y, más preocupante para el Gobierno mexicano, sus conexiones con redes políticas y empresariales.Uno de los elementos más reveladores fue la entrega “voluntaria” de otro hijo del 'Chapo' y la supuesta presencia del legendario capo Ismael 'El Mayo' Zambada en el mismo vuelo hacia El Paso, Texas. “Sube en el avión el Mayo Zambada, lo llevan con engaños, y eso fue un premio invaluable para las agencias estadounidenses”, dijo el experto.La reacción de SheinbaumLa presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reaccionó con desagrado a los acuerdos de cooperación entre los hijos del 'Chapo' y las autoridades estadounidenses. Según Matienzo, la mandataria no solo teme que esta colaboración pueda develar posibles vínculos del narco con su partido, Morena, sino que también enfrenta una presión creciente por parte del expresidente Donald Trump, con quien ha buscado mantener una relación funcional.“Francamente, se ve muy mal el Gobierno mexicano porque pareciera que le preocupa lo que vayan a decir estos capos”, comentó Matienzo. En particular, la preocupación se centra en señalamientos contra el actual gobernador de Sinaloa, cercano a Sheinbaum, quien habría sido parte de redes de protección al cártel.Aunque México ha mantenido una cooperación operativa en materia de detención de narcotraficantes, Matienzo duda que dicha colaboración se extienda a la persecución de funcionarios o políticos implicados. “En materia de criminales, sí hay colaboración; en redes políticas, no lo veo, porque Sheinbaum está entre la espada y la pared”, subrayó.El especialista explica que Sheinbaum enfrenta un dilema: responder a la presión de Estados Unidos y mostrar mano dura contra el crimen, o preservar la unidad de su partido, fundado por Andrés Manuel López Obrador, quien mantuvo una política de “abrazos, no balazos” y estableció puentes con actores cuestionables del entorno criminal.Por ahora, el destino inmediato de Ovidio Guzmán es incierto. “Ya ni siquiera sabemos dónde está arrestado. Lo tienen en una ubicación oculta, dentro del sistema de protección estadounidense”, reveló Matienzo. Sin embargo, la comunidad de inteligencia en ambos países espera que su testimonio ayude a desmantelar las redes que permiten a los cárteles operar con impunidad.Estados Unidos busca no solo desarticular estructuras del narcotráfico, sino también exponer a quienes han colaborado políticamente con los cárteles, ya sea por omisión o por complicidad directa. Esta ambición estadounidense, de cumplirse, podría tener un efecto dominó en México, con consecuencias jurídicas y políticas de alto nivel.“La presidenta más votada de la historia es, al mismo tiempo, una de las más débiles. Tiene que convencer a Trump y no romper con AMLO”, concluyó Matienzo.