¿Por qué Trump ordenó suspensión de visas a estudiantes internacionales? Esto dice experto
Andrew Selee, presidente del Instituto de Política Migratoria, advierte sobre los riesgos legales, académicos y diplomáticos de la reciente decisión del Gobierno de Estados Unidos
La suspensión para visas estudiantiles por parte de la administración Trump ha generado una ola de preocupación en el sector académico, legal y migratorio. Según Andrew Selee, presidente del Migration Policy Institute (Instituto de Política Migratoria), esta medida se inscribe en una estrategia política más amplia que busca ejercer presión sobre las universidades estadounidenses y restringir la entrada de estudiantes con ideologías percibidas como contrarias al actual Gobierno.
La justificación oficial de la Casa Blanca ha sido la seguridad nacional. Se argumenta que algunos estudiantes internacionales podrían tener posturas ideológicas contrarias al interés estadounidense o vínculos con gobiernos extranjeros. Sin embargo, Selee desestima esta justificación como una generalización desproporcionada:
“Están alegando que hay personas con actitudes anti-Israel o con nexos al Partido Comunista Chino, pero en general estos son riesgos menores. Esto parece una medida mucho más amplia”.
La suspensión no afecta las entrevistas ya agendadas, pero sí impide otorgar nuevas citas hasta que se implemente una política de revisión de redes sociales. Esta decisión no solo retrasa los procesos, sino que introduce un filtro ideológico que, para Selee, resulta problemático desde una perspectiva legal y constitucional.
El especialista destaca que la administración Trump no tiene facultades directas para modificar el sistema de visas —una prerrogativa del Congreso—, por lo que opta por dificultar su acceso mediante regulaciones burocráticas.
Parece que están tratando de demorar un poco, hacer más difícil el acceso a algunas visas, bajar el número de personas que califican, y quizás identificar solicitantes con ideologías adversas
señaló el experto
La medida también presiona a las universidades para colaborar con el gobierno federal, a riesgo de perder subvenciones destinadas a proyectos científicos y médicos. Aunque estas ayudas no representan fondos generales, sí constituyen un motor clave para el avance académico.
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“Esto parece un ataque más institucional a las universidades, no tanto a individuos. Es un frente de conflicto entre el Gobierno y las instituciones académicas que no habíamos visto en los últimos 100 años”. Según el experto, la administración busca moldear políticamente a las universidades, acusándolas de falta de pluralidad ideológica y actuando “por la mala” en lugar de fomentar un debate sano.
Harvard demanda a Trump.
Foto: AFP
“El problema no es que haya críticas genuinas a las universidades, sino la manera coercitiva de imponer cambios”, exprezó Selee.
Riesgo para la innovación y el liderazgo global
Selee advierte que restringir el ingreso de estudiantes internacionales puede tener consecuencias a largo plazo en la capacidad de innovación de EE. UU. Muchos de estos estudiantes no solo destacan en campos clave como la tecnología y la medicina, sino que permanecen en el país, fundan empresas y dinamizan la economía.
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“Si perdemos eso, perdemos la ventaja que EE. UU. ha tenido en las últimas décadas. Es un autogol contra nuestra atracción del mejor talento”. Frente a esta situación, otros sistemas universitarios como los de Europa, Australia, Japón y Corea podrían convertirse en destinos alternativos para los jóvenes más talentosos del mundo.
“Los estudiantes que sí tienen opciones van a buscar ir a otro lado. Ya estamos empezando a ver esa tendencia”.
Finalmente, Selee aclara que el debate sobre el equilibrio ideológico en las universidades ya existe y se da de forma interna. Universidades como Georgetown, Harvard y Columbia han reflexionado sobre la necesidad de mayor diversidad de pensamiento sin necesidad de imposiciones estatales.
“Hay formas de presionar por la buena y no por la mala. Lo que hace esta administración parece ilegal y ya ha sido impugnado por jueces en el caso de Harvard”.