Reveladora llamada daría un giro al caso de colombiana detenida por atroz homicidio en Italia
La publicación del diario Corriere della Sera revela nuevos detalles que podrían cambiar el rumbo de la investigación
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Una impactante llamada al número de emergencias 112 podría convertirse en una pieza clave en el caso que involucra a la colombiana Mailyn Castro Monsaldo, detenida en Italia junto con su suegra, Lorena Venier, por el asesinato de Alessandro Venier, hijo de esta última y pareja de Mailyn.
Según reveló el diario italiano Corriere della Sera, la operadora que recibió la llamada de emergencia escuchó lo siguiente: “No, Lorena... ¡Ayuda! Vengan a via dei Lotti”. Luego, una voz temblorosa añadió: “Mi suegra quiere matar a su hijo”. Se trataba de Mailyn, alertando sobre la presunta intención homicida de su suegra.
Cuando los carabinieri llegaron al lugar, Lorena intentó minimizar la situación asegurando que no pasaba nada, e incluso habría tratado de impedir que su nuera hablara. No obstante, poco después, el cuerpo de Alessandro fue hallado en el garaje de la vivienda: estaba desmembrado y oculto en un bidón con cal viva.
Hasta el momento, la versión más difundida es la confesión de Lorena Venier, quien se atribuyó el crimen y aseguró que su nuera había participado como instigadora. Sin embargo, la defensa de Mailyn Castro sostiene que hay serias inconsistencias en esta versión y que la llamada al 112 es apenas uno de varios elementos que podrían reconfigurar la investigación.
La abogada de la colombiana, Federica Tosel, declaró al Corriere della Sera que su representada presenta “varios moretones recientes en los brazos”. Al ser preguntada sobre cómo se los había hecho, Mailyn respondió que fue su suegra quien se los causó. Este hecho contradice la narrativa de una relación armónica entre suegra y nuera, como ha sostenido Lorena en sus declaraciones.
Otro aspecto que ha llamado la atención de las autoridades es el estado emocional y psicológico de Mailyn. Según su abogada, la joven madre se encuentra profundamente afectada y bajo tratamiento por una severa depresión, lo cual es seguido por el Centro de Salud Mental local. Su comportamiento durante los interrogatorios ha sido errático, con numerosas respuestas como “no lo sé” y silencios prolongados.
En palabras de Tosel, “era evidente que no podía sostener una conversación coherente”. Cuando se le preguntó si estaba feliz de regresar a Colombia, respondió que sí, que planeaba hacerlo con su hija. La menor, cabe mencionar, fue puesta bajo custodia de los abuelos paternos tras el crimen.
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Lorena Venier ha justificado su acción argumentando que temía por la vida de su nuera y su nieta. Dijo que Alessandro, con antecedentes de violencia, consumo de drogas, alcoholismo y comportamiento agresivo, planeaba huir a Colombia al día siguiente del crimen para evitar una condena penal pendiente por lesiones personales. Según ella, su hijo debía morir “antes de que fuera demasiado tarde”.
La madre ha relatado, en una confesión espeluznante, que primero drogaron a Alessandro con una bebida adulterada con fármacos. Al ver que seguía con vida, Lorena le inyectó insulina para asegurarse de que no reaccionara. Luego intentaron asfixiarlo, pero no lo lograron con las manos, por lo que, según su testimonio, Mailyn usó los cordones de los zapatos para matarlo. Toda la escena recuerda a un guion de película de terror.
Además, se supo que Lorena había adquirido la cal viva por Amazon, anticipando cómo ocultarían el cuerpo.
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La fiscalía italiana continúa recabando pruebas y está a la espera del resultado de la autopsia, que incluirá un peritaje independiente solicitado por la defensa de las acusadas. La expectativa es alta, ya que los hallazgos podrían confirmar o desmentir las versiones que hasta ahora se enfrentan en este dramático caso.
Mientras tanto, la llamada de Mailyn Castro al 112 —junto con los signos de violencia en su cuerpo y su frágil estado emocional— pone en tela de juicio la versión única ofrecida por Lorena Venier. El proceso judicial aún no ha concluido, pero lo cierto es que este nuevo testimonio podría marcar un punto de inflexión en una historia que ya ha conmocionado a Italia y Colombia.