Venezolanos en Pamplona: esta madre cura las heridas de los caminantes al andar
Antes de llegar al páramo más difícil, los venezolanos en busca de oportunidades encuentran a una mujer que se convierte en el ángel que calma sus dolores.
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“A toda hora, no hay momento en que no pase un grupo, a toda hora están llegando. Esta es la entrada de Pamplona”, señala la mujer que a sus algo más de cincuenta años se ha convertido en una nueva madre para los migrantes. Mientras, van pasando por la carretera fría los venezolanos, mientras que se oyen las voces que alientan a los colegas caminantes en el duro tramo.
Hay aproximadamente dos horas entre Cúcuta y Pamplona, en la que un pasaje en flota no cuesta más de 20.000 pesos. Al llegar en busca de caminantes, encontramos un refugio, el de doña Marta, que en realidad es su propia casa. En el hogar vive la señora con su hijo de sangre, pero su casa se llenó con centenares de hijos a quienes no sabe si volverá a ver. Allí, por un par de días los protege y resguarda del frío y el dolor, después ellos retoman su camino.