El Banco de Semillas más grande de Latinoamérica, se encuentra ubicado en Palmira, Valle del Cauca, y tiene como propósito conservar semillas para una crisis de cambio climático o que se desate una guerra mundial. Con más de medio siglo de existencia, este banco alberga una impresionante diversidad de semillas.
El propósito claro de este banco, según su director general, Joe Tohme, es prepararse para eventualidades catastróficas, como ya se había dicho antes, ¿Cómo lo logran? Mediante un meticuloso proceso que incluye la siembra y congelación de semillas, como es el caso del frijol, donde se mantienen más de 3.500 clases de semillas en un cuarto frío, estos se refrigeran a -20° especialmente diseñados para preservar su vitalidad.
Según Luis Santos, coordinador de viabilidad de semillas, afirma que estas semillas pueden garantizarse durante 50 a 60 años, pero según investigaciones que se han llevado a cabo, estas semillas pueden tener una vida hasta más de mil años.
“Se conservan las colecciones mundiales de frijol, para poder conservarlas en perpetuidad, en lo que se espera que estas semillas de frijol duren aproximadamente 30 años conservadas, pero igualmente las teorías de acuerdo con las metodologías que se utilizan dicen que el frijol puede durar aproximadamente 3.000 años conservado bajo esas condiciones”, señalo Santos.
También cuenta con diversos procesos que garantizan la conservación y mejora de cultivos. Desde la fermentación de la yuca, este tubérculo mediante un proceso se busca mejorar su sabor y calidad nutricional, y también promover su el uso como alternativa a la harina de trigo, este puede llegar a funcionar para hacer panqueques, waffles, obleas, galletas, conos de helado y hasta helados de yuca.
En este banco de arroz, se lleva a cabo estudios para poder desarrollar variedades con bajo contenido de carbohidratos y alto valor nutricional, desmitificando creencias populares sobre su impacto en la salud, este proceso consiste en utilizar una máquina, la cual se procesa la semilla y en tan solo un minuto ya contaríamos con el grano de arroz, para poder utilizarlo para cocinar.
Los esfuerzos del banco también se centran en la investigación de forrajes menos contaminantes, destinados a reducir las emisiones de dióxido de carbono y mitigar el cambio climático. Se experimenta con vacas que muestran prometedores resultados en la búsqueda de soluciones sostenibles para el alimento de estas.
Este banco de semillas no solo se limita a Colombia"
type="text/html" data-cms-ai="0">Colombia, ya que cuenta con réplicas en otros países, como Noruega, donde existe un banco de alimentos conocido como el Arca de Noé. Esta red global asegura que la diversidad genética de las semillas no se pierda ante cualquier eventualidad.
Por último, el banco aborda el desafío de los desechos químicos mediante tecnologías innovadoras importadas de Alemania. Procesos de digestión anaeróbica y biodegradación controlada convierten estos desechos en recursos útiles, como abono orgánico, reduciendo así la contaminación ambiental.
Los cuales ellos utilizan un criadero de Mosca soldado negra, la cual se mantienen juntas para buscar que se apareen y así poder que ellos se reproduzcan sus larvas para que estas puedan empezar a convertir los desechos en abono para las plantas, a lo que según los científicos del CIAT, se espera que estas larvas se conviertan en alimentos para los humanos.
En total, en el banco de semillas el CIAT se tiene más o menos 67.000 diferentes tipos de semillas, sin contar la yuca se conserva como plantas en su primer desarrollo, donde cada 30 a 50 años hay que sacar las bolsas de semillas al campo para volver a producir más.
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