Corrupción, economía y seguridad: los retos de los próximos mandatarios en los santanderes
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Cúcuta tiene el 70% de la población en la informalidad.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Aunque en Bucaramanga se libra una visible cruzada contra la corrupción y, en las calles se abordan con propiedad los escándalos por irregularidades en el sector público, expertos creen que esta batalla se está perdiendo, al mismo ritmo en el que la economía y la seguridad están empeorando.
Vitalogic, el manantial de amor, el programa de alimentación escolar, las telecitas y los contratos amarrados, son algunos de los escándalos por presunta corrupción que tienen a varios servidores públicos investigados y a otros en la cárcel.
Para los ciudadanos este es un mal de nunca acabar que genera el repudio y la desconfianza entre los bumangueses que en la última encuesta Gallup Poll ubicaron la corrupción como el principal problema de la ciudad.
María Juliana Acevedo, directora de Transparencia por Santander, cuestionó la manera en la que aún las licitaciones son ajustadas para beneficiar a un solo contratista.
"Vemos como en la contratación todavía los procesos están ajustados de manera tal que sólo un contratista pueda participar, esto es corrupción, esto nos hace un daño grandísimo en la región porque al no haber un ambiente de libre competencia incide directamente en la economía", indicó Acevedo.
Medios de comunicación y veedurías con lupa en mano investigan cada licitación y le siguen el rastro a los dineros públicos que terminan en los bolsillos de los corruptos, sin embargo, creen que la batalla está perdida.
"Y nada pasa porque los mismos entes de control a nivel regional forman parte de esa cadena de corrupción. Hoy en las regiones es clarísimo como los cargos de procuradores o de fiscales están asignados a políticos a parlamentarios de tal manera que se dice públicamente tal procuraduría le corresponde al senador tal o tal fiscalía es de y están público que la ciudad lo desconoce, pero al final ve que eso hace que los proceso se direccionen a favor de los grupos políticos", cuestionó Diana Saray Giraldo, directora del periódico Vanguardia Liberal.
Publicidad
Pero la transparencia no es el único aspecto que los ciudadanos consideran que va por mal camino, también creen que la economía en Bucaramanga y en el oriente del país atraviesa por su peor momento.
Ejemplo de ello, la industria del calzado que desde hace 10 años dejó de ser un renglón fuerte de la economía, las empresas pasaron de producir cada una 20.000 pares de zapatos anuales, a sólo 4.000, en parte, por la ruptura de las relaciones con Venezuela.
El empresario del sector del calzado en Santander, Jorge Gélvez, cuenta que una de las situaciones que más los ha afectado es el cierre de la frontera.
Publicidad
"No pudimos volver a negociar con ellos por los precios que no les convenía y a nosotros tampoco, entonces nos tocó intérname buscar el mercado nacional", manifestó con preocupación el empresario del calzado.
El panorama no es alentador para los empresarios de Norte de Santander donde industrias como la minería y la arcilla se paralizaron ante los constantes cierres de frontera y en Colombia la deficiente infraestructura vial no les permite abrir nuevos mercados.
Para el economista y docente universitario, Mario Zambrano, la región requiere de más inversión que beneficie a los empresarios.
"Yo creo que el corto plazo y mediano plazo sería fundamental, casi imperativo, mejorar la infraestructura vial, tanto vías terciarias como primarias del departamento porque sin eso es imposible ser competitivo", expresó
Sin soluciones claras para impulsar la industrialización y la economía legal y sostenible, en Bucaramanga y Cúcuta esta última ciudad con más del 70% de la población en la informalidad, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el rebusque es la única salida de la gente.
"Mucho antes del cierre de frontera los departamentos de frontera tenían baja participación en el producto interno bruto, bajo aporte, digamos en el sector industrial problemas de informalidad laboral, en temas económicos es un círculo vicioso de baja productividad y poca competitividad", explicó el economista Zambrano.
El nororiente nada en coca con más de 28.000 hectáreas sembradas, cultivos que son financiados y resguardados por siete grupos armados, algunos con células internacionales, que se disputan el Catatumbo y la frontera, fenómenos de violencia que históricamente se extienden hasta Arauca.
Publicidad
"Hacen presencia las guerrillas del ELN, la disidencia de las FARC, el Ejército Popular de Liberación, grupos paramilitares como las Autodefensas Gaitanistas, los Rastrojos y bandas locales como la banda la línea la frontera carteles del narcotráfico como el cartel de Sinaloa", aseguró Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar de Norte de Santander.
Le puede interesar: EE.UU. hace una donación a hospital de Cúcuta que atiende migrantes venezolanos
En las urbes el microtráfico y la delincuencia hacen de las suyas, la percepción en materia de seguridad se agudiza.
Publicidad
Julio Acelas, director del Observatorio Ciudadano de Santander, asegura que Bucaramanga tiene la tasa más alta del país de muertes violentas jóvenes, al igual que la cifra más alta de vinculación de menores al delito y reincidencia.
Los más de 3 millones de habitantes de Cúcuta y Bucaramanga esperan pasar la página de la corrupción y la delincuencia, para convertirse nuevamente en la región productiva y próspera que años atrás ocupaba los primeros lugares de la economía nacional.
#ColombiaDecide Los retos de los próximos mandatarios de los santanderes https://t.co/yqNEZKp2QB pic.twitter.com/TIUl9tRJi4
— Noticias Caracol (@NoticiasCaracol) September 1, 2019