El general Luis Emilio Cardozo, comandante del Ejército, anunció un paquete de medidas estratégicas para reforzar la capacidad operativa de la institución frente a nuevas amenazas y escenarios de conflicto en el país.
Entre las decisiones más destacadas está la reactivación del histórico Batallón de Ferrocarriles y la creación del Batallón de Aeronaves No Tripuladas, enfocado en contrarrestar los ataques con drones que, según la inteligencia militar, están siendo utilizados por organizaciones criminales contra la fuerza pública.
Esta nueva unidad tendrá la misión de detectar, identificar y neutralizar amenazas aéreas no tripuladas, además de fortalecer las capacidades de inteligencia técnica y táctica del Ejército.
El objetivo es anticipar posibles ofensivas, minimizar riesgos para el personal en terreno y garantizar una respuesta más rápida y precisa ante incursiones tecnológicas hostiles.
El batallón de ferrocarriles, por su parte, fue creado en 1942 con la misión de proteger y mantener las líneas férreas del país, así como de participar en su construcción y reparación.
En esa época, el ferrocarril era uno de los principales medios de transporte de carga y pasajeros, y las líneas atravesaban zonas donde el Estado necesitaba garantizar control y seguridad, especialmente frente a sabotajes o robos.
Paralelamente, el Ejército avanzó en una reingeniería de su estructura táctica, con la creación y reorganización de once Fuerzas de Despliegue Rápido (FUDRA). Cada una estará compuesta por cuatro batallones y más de 2.800 hombres, sin jurisdicción fija, lo que les permitirá desplazarse con movilidad y flexibilidad a los puntos más críticos del territorio nacional. Esta característica busca asegurar una capacidad de reacción inmediata frente a crisis o escaladas de violencia en zonas de alto riesgo.
En el marco de este fortalecimiento institucional, se anunció además la activación de la Décima Novena Brigada, con su puesto de mando en Santa Rosa del Sur, Bolívar. Esta nueva base operativa es considerada clave para consolidar la presencia militar en el sur del departamento, una región que históricamente ha sido escenario de confrontaciones entre la fuerza pública y grupos armados ilegales.